Presentación. El conseller insular de Movilidad, Luis Alejandre junto al ingeniero diseñador del proyecto, Rodrigo del Pozo, y el equipo técnico de este Departamento, ayer en la sede del Consell - P.CIME

TW
0

La mejora del tramo de la carretera general entre Ciutadella y Ferrerías contempla seis intersecciones o enlaces y cuatro de ellos tendrán pasos inferiores con estructuras tipo cajón, similar al paso a Cala Pilar. El trazado dispondrá de un segundo carril lento entre la Naveta des Tudons y el Camí de son Sivineta de 1,8 kilómetros y se prolongará el actual unos 700 metros más.

Para eliminar los 56 giros a la izquierda existentes en la actualidad a lo largo de los 12,5 kilómetros del trazado y dotar a la vía de mayor seguridad, se habilitarán además cambios de sentido cada 2,5 kilómetros siguiendo la misma filosofía aplicada en el proyecto del tramo entre Maó-Alaior. De mismo modo, la calzada pasará a tener doce metros (3,5 por carril) y arcenes de 2,5 metros, lo que mejorará la movilidad y dejará espacio para servicios (fibra óptica, electricidad, agua), y se acondicionan accesos a fincas con cuñas de entrada y salida.

El conseller insular de Movilidad y Proyectos, Luis Alejandre, acompañado por el ingeniero diseñador del proyecto, Rodrigo del Pozo, y de todo el equipo técnico del departamento de Movilidad presentó ayer en la sede del Consell las mejoras propuestas para este trazado de la carretera general que soporta una intensidad de tráfico de 10.500 vehículos al día con puntas en agosto de hasta 19.000. A ello se suma el incremento del trasiego de vehículos lentos procedentes del dique de Son Blanc y que ya superan el 8,2 por ciento del total.

Septiembre de 2013

El conseller explicó que el proyecto fue expuesto a información publica ayer mismo y aunque aún debe pasar por la Comisión Balear de Medio Ambiente, el objetivo de departamento de Movilidad es que el inicio de las obras no se demore más allá de septiembre de 2013.

El trazado afecta a 61 fincas, el plazo de ejecución sería de 16 meses y el presupuesto asciende a 10 millones de euros con cargo al Convenio de Carreteras suscrito con el Ministerio de Fomento por valor de 67,7 millones de euros. Según este convenio las obras deberían haber comenzado en 2011.

A día de hoy el Consell ha ingresado 32 millones gastados en la variante y cerca de 17 más pendientes de justificar a invertir en la carretera general. Alejandre hizo hincapié en que si este dinero no se invierte antes del 2016 el Consell deberá retornar 30 millones de euros al Ministerio de Hacienda.

"En las alegaciones se nos dice que podríamos invertir en otras cosas y el corazón nos dice que sí, pero debemos ser fríos porque la cláusula del convenio nos obliga a invertirlo en carreteras", señaló, al tiempo que incidió en que el proyecto entre Ferreries y Ciutadella se ha redactado en base al Plan Sectorial de Carreteras de 1999 y en la actualidad el Consell trabaja junto a la dirección general de carreteras para actualizar este documento.

Cinco soluciones "alejadas años luz" de los criterios de la Península

El conseller insular de Movilidad y Proyectos informó que las mejoras propuestas en el tramo Ciutadella-Ferreries combinan "parámetros de seguridad, visión de futuro y mínimo impacto posible en el entorno". Con esta base, el ingeniero del proyecto Rodrigo del Pozo explicó que en la redacción del proyecto se han estudiado cinco soluciones diferentes para cada uno de los seis enlaces más conflictivos de este tramo, desde la creación de rotondas a distinto nivel, pasando por mini rotondas con paso inferior hasta intersecciones con carril central de giro a la izquierda.

La soluciones definitivas elegidas en cada uno de estos seis nudos se justifican en función de parámetros como la seguridad, la funcionalidad de los movimientos, la capacidad de la carretera, el coste económico, la ocupación del terreno y el impacto paisajístico que causan.

"Las soluciones han sido pensadas y adaptadas a la Isla y se podría decir que están a años luz de las 'barbaridades' que se podrían hacer atendiendo a criterios sin connotación ambiental. En la Península, por encima de 5.000 vehículos día, no se admiten intersecciones resueltas al mismo nivel", explicó Del Pozo.