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El Consell de Govern aprobó el viernes el Proyecto de Ley de Pesca Marítima, Marisqueo y Acuicultura, el primer marco normativo que permitirá regular el sector de Balears. La nueva normativa llega en un momento de gran dificultad para el sector pesquero en general y especialmente para el menorquín, que lamenta que la nueva ley no haya atendido la petición de la Cofradía de Pescadores de Ciutadella, apoyada por las de Fornells y Maó, de que Menorca pueda contar con un plan de gestión propio dada su singularidad por el uso de artes tradicionales, la existencia de una flota reducida y por el óptimo nivel de conservación de los caladeros respecto a otras zonas de Balears.

Si bien los presidentes de las cofradías de Maó y Ciutadella, José Quintana y Josep Caules, valoran que por primera vez exista un marco normativo en Balears, coinciden en destacar que se ha perdido una oportunidad para intentar mejorar la situación del sector pesquero, herido por la caída del consumo, la competencia del pescado congelado o importado, el incremento del precio del combustible y las trabas burocráticas.

Las cofradías habían presentado alegaciones en varios puntos de la Ley de Pesca. Según Josep Caules, el sector de la Isla había propuesto para la pesca de arrastre la reducción de una hora de trabajo al día o una jornada a la semana, lo que representaría un descanso para los caladeros para facilitar su recuperación y el reajuste de la faena. A la vez, habían propuesto poner un límite de potencia hasta los 500 caballos por motor y la reducción de las "puertas" o contrapeso del aparejo de arrastre hasta un máximo de 600 kilos, como medidas para ahorrar en el consumo de combustible.

Tanto el patrón mayor de Ciutadella como el de Maó también coinciden en denunciar la falta de un mayor control y vigilancia de la pesca recreativa, que según comentan, supone una competencia desleal directa para los pescadores profesionales (en Balears existen 50.000 licencias en vigor de recreativos). De hecho, según el Govern, la nueva ley por primera vez regulará la pesca marítima recreativa, aunque desde las cofradías de la Isla instan a una mayor inspección y a un control estricto para evitar los casos de pescadores aficionados que comercializan las capturas.

La ley establecerá un nuevo régimen sancionador para la pesca profesional y recreativa en aguas interiores, "adaptado a la realidad social y pesquera de Balears".

No obstante, desde las cofradías de Maó y Ciutadella reclaman medidas de concienciación y prevención para evitar sanciones que "pueden resultar inasumibles para los pescadores", según Quintana. A la vez, Caules lamenta que la nueva ley sólo regule las aguas interiores y queden fuera de regulación las aguas exteriores.

Ambos presidentes echan en falta algún tipo de limitación para evitar que "embarcaciones de fuera de la Isla, después de esquilmar sus zonas de pesca, puedan venir a faenar en aguas menorquinas y a explotar nuestros caladeros que hemos sabido conservar".