Puerto. Los empresarios apenas dan crédito a la advertencia de APB sobre la suspensión de escalas - Javier

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Los consignatarios quitan hierro a la advertencia realizada el martes por Autoridad Portuaria de Balears tras conocer la decisión del fiscal superior Bartomeu Barceló de suspender de manera urgente el dragado del puerto de Maó hasta que no se practiquen "determinadas diligencias de prueba por parte de la Fiscalía de Medio Ambiente" que determinen si el vertido de los lodos a dos millas de la costa se ajusta o no a la ley.

El organismo portuario llegó a afirmar que, como consecuencia de la paralización del dragado, podría tomar la decisión de suspender esta temporada "algunas escalas programadas de cruceros turísticos o de otro tipo de buques", en clara referencia a los petroleros que, sin lugar a dudas, son los que generan una mayor preocupación entre los agentes económicos y sociales. Concretamente, la APB apuntó que estudiaba "la necesidad o no de limitar el acceso a puerto de determinados buques en función de su calado por si la insuficiencia de éste pudiera producir dificultades en las maniobras de atraque o desatraque de los barcos, especialmente en la zona comprendida entre el Cós Nou y el muelle de pasajeros".

Los consignatarios salieron ayer al paso de esta advertencia alegando que "la afectación será mínima ya que apenas hay previstas escalas de barcos de gran calado". El crucero que requiere una mayor profundidad para maniobrar en el puerto es el "Saga Sapphire" de 200 metros de eslora, una capacidad para poco más de 700 pasajeros y un calado de 8,3 metros. Rosa Cardona, de la empresa Federico Cardona Trémol S.L., matizó sin embargo que este buque ya operó el año pasado sin problemas. "Autoridad Portuaria nos ha garantizado en más de una ocasión que en el puerto de Maó pueden maniobrar barcos de hasta 8,5 metros de calado", esgrimió. Incluso el buque de mayor envergadura, el "MSC Sinfonía", que cuenta con 251 metros de eslora y una capacidad para 2.200 pasajeros, no generaría ningún conflicto ya que no llega a superar los 7 metros de calado, lo que se explica porque las embarcaciones de reciente botadura "calan menos".

Ello no obsta, arguyen los responsables de las empresas consignatarias, para que el dragado del puerto de Maó se tenga que ejecutar cuanto antes. Eso sí, matizan, "con todas las garantías medioambientales exigibles". En esta misma línea se pronunció ayer el presidente del Consell, Santiago Tadeo, tras ser requerido sobre esta cuestión. "Pedimos la máxima celeridad a Autoridad Portuaria porque entendemos que el dragado es necesario para garantizar la segura maniobrabilidad de cruceros y petroleros".

Las operaciones del petrolero "Tinerfe" son, sin duda, las que más preocupan. Este buque, de mayores dimensiones que el "Mar Rocío" que operaba en el puerto hasta hace algo más de un año, tiene un calado de 9,2 metros y requiere una mayor profundidad que los cruceros para maniobrar de forma segura, más si cabe teniendo en cuenta que transporta una mercancía catalogada como peligrosa.

Batimetría
A la espera de conocer la resolución del fiscal superior de Balears, Autoridad Portuaria ha empezado a confeccionar una nueva carta batimétrica del puerto de Maó para conocer la profundidad real de las aguas y determinar la topografía marina de este enclave con el fin último de esclarecer, en sintonía con la advertencia lanzada el martes, la viabilidad o no de ciertas operaciones de maniobrabilidad. El organismo que preside José María Urrutia cuenta con disponer de los resultados de estos sondeos a lo largo de la próxima semana.