Sala. Las jornadas congregaron a un centenar de personas implicadas con los servicios sociales de la Isla - Javier

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Menorca inicia un debate sobre el modelo de los servicios sociales que están implantados. Un sistema que, según los expertos, debe replantearse, a través de una reestructuración con el objetivo de mejorar su eficacia.

La sala de plenos del Consell congregó ayer a un centenar de técnicos de Servicios Sociales y de otras áreas, así como a políticos y miembros de entidades como Caritas, Cruz Roja o el Centro Penitenciario, que participaron en la jornada sobre "Nuevas estrategias de futuro en los Servicios Sociales".

El acto contó con la presencia de dos ponentes de relieve, el profesor de la Universitat de Barcelona y experto en el campo de los servicios sociales, de las políticas de inserción social, las rentas mínimas y la exclusión social, Manuel Aguilar Hendrickson; y el economista que dirigió el Centre de Recerca Econòmica y profesor de la Universitat de les Illes Balears, Antoni Riera.

Aguilar afirma que "el modelo de los servicios sociales que tenemos en este país es de hace 40 años, un modelo que ha dado muchas cosas buenas y ha permitido desarrollar muchos servicios, pero debe repensarse". Y es que según señala, "es un sistema en el que las responsabilidades están muy fragmentadas", por la inconcreción en la fijación de las competencias de cada administración. Así, esta falta de "claridad" provoca "tensiones y dificultades" en el funcionamiento de los servicios sociales.

De este modo, para Aguilar es fundamental definir bien las competencias de cada administración para evitar duplicidades y confusiones, lo cual facilitaría que los servicios sociales pudieran "hacerlo mejor para la gente, con los recursos disponibles, ya que al fin y al cabo, son quienes aportan sus impuestos".

En cualquier caso, el profesor de la UB reconoce que los ayuntamientos acostumbran a ser los que acaban sufriendo este desorden existente, pues son las administraciones que están en contacto permanente con el ciudadano, pero a su vez, no disponen de los recursos. "Esta separación entre quien tiene el problema y quien tiene los medios es una mala práctica que arrastramos en este país desde hace 150 años", señaló.
diagnóstico y soluciones

Por su parte, Antoni Riera apuesta por "analizar lo que estamos haciendo con los servicios sociales, cómo lo estamos haciendo y por qué lo hacemos". Todo, para "darnos cuenta de que solo ponemos énfasis en lo que hacemos y no en cómo lo hacemos ni en el por qué lo hacemos". Y es que, para él, "en el cómo y el por qué están las claves de la innovación en los servicios sociales".

Será solo después de diagnosticar los problemas cuando haya capacidad para definir las estrategias que sirvan para dar respuesta a los cambios que se están produciendo en la sociedad. "Unos cambios que afectan y que no solo vienen derivados de la crisis económica, sino también de una tradición que coloca los servicios sociales en el marco del estado del bienestar, como unos servicios que no tienen un carácter universalista que sí tienen los servicios educativos o sanitarios".

De este modo, el economista mallorquín afirma que se pierde eficiencia en la prestación del servicio y, a la vez, se echan a perder "los efectos que tiene sobre el crecimiento económico el hecho de que la sociedad luche por la cohesión social".

Menorca, ideal

Riera considera que las dimensiones reducidas de Menorca convierten la Isla en el lugar idóneo para llevar a cabo "estrategias de abajo a arriba", de forma que los técnicos municipales, "que están en contacto con la realidad de las barriadas y los municipios, se conviertan en catalizadores de este cambio. Es lo que hay que estimular", apuntaba el miembro del CRE.

En cuanto a los plazos para poder acometer cambios en el funcionamiento de los servicios sociales, Riera opina que hay que tener en cuenta que se trata de "desequilibrios estructurales", por lo cual "se requerirá tiempo para ponerlos en marcha y que sean efectivos".

A pesar de esto, considera que "la necesidad de cambio es imperiosa, no solo porque las administraciones, por desequilibrios en materia fiscal, se ven obligadas a restringir cada vez más el gasto en servicios sociales, sino también porque a nivel europeo está cambiando la concepción del estado del bienestar. No podemos esperar a que llegue el cambio, el cambio está llegando y debemos anticiparnos. Y Menorca tiene la oportunidad única de hacerlo, por sus dimensiones", anima Riera.