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A Ignacia Carreras Pons solo le falta la "varita mágica" para convertirse en la "fada bona" de los menorquines que acuden al Hospital Universitario de Son Espases en busca de un remedio para sus dolencias.

Activa, siempre sonriente y dispuesta a remover cielo y tierra, la "menorquina", así la llaman en el hospital de referencia, intenta solucionar cualquier tipo de problema para que la insularidad no se convierta en un obstáculo insalvable, al contrario, solo un "azucarillo" que se disuelva dentro de un vaso de agua.

¿Desde cuándo ejerciendo de "hada madrina"?
Desde el año 2002; ahora comparto despacho con una compañero de Eivissa, que se ocupa de los "emigrantes" de la isla hermana, pero he estado muchos años "pedaleando" en solitario.

¿Dónde estudiaste tu carrera profesional, la de enfermera, hoy DUE?
En Barcelona, en el Hospital de la Cruz Roja, y en el año 1970, ya diplomada, me vine a Maó; era el regreso obligado, volvía a casa.

Y aquí, antes de marchar a la Ciudad Condal, ¿estudiaste en…?
Sa Graduada, primeramente pasé por una guardería al uso y luego estudié en la "preparatoria" y en el Instituto, pero en el de la plaza de Sant Francesc, con el "polo" de referencia.

¿Algún detalle significativo de aquella etapa escolar?
Infinidad de ellos pero te detallaré uno; un profesor de Filosofía nos hizo, en base a unos tests, un estudio personificado de cada alumno para saber las "posibilidades de futuro" en lo que a estudios se refiere y orientarnos sobre las posibles carreras a elegir, a mí me indicó que debía optar entre la docencia y la enfermería, y aquí me tienes, vistiendo de blanco.

Antes de venirte para casa, ¿trabajaste en Barcelona u otras localidades?
No, empecé aquí y mi primer destino, en el "Verge del Toro" me llevó a consultas, con los doctores Victory, Mateo Seguí, Sampol, Sánchez Rodrigo… Todos ellos, desgraciadamente, ya desaparecidos.

Te recuerdo como directora de la Escuela de Enfermería, la que se abrió en el hospital mahonés.
Así ocurrió, una experiencia maravillosa, "molt polida" que asumí con una gran ilusión y dispuesta a que las enfermeras salidas del "Verge del Toro" estuvieran tan preparadas como las que salían de otras escuelas más veteranas que la nuestra, un reto que pienso alcanzamos en base a un buen trabajo.

Pero la experiencia fue relativamente corta en realidad. ¿Cuántos cursos se impartieron?
Tres, las causas de ello fueron varias pero la mayor fue que la ley cambió, pasando a convertirse en Escuelas Universitarias y con el añadido de que los profesores habían de poseer el título de doctor y en aquel momento creo recordar que aquí solo el doctor Roca lo poseía.
Para que las alumnas conocieran otros ambientes hospitalarios dices que organizasteis varios viajes a otros hospitales de superior "volumen" que el nuestro.
Sí, quería que su preparación fuera lo más amplia posible y para ello la completamos en base a visitar otros hospitales, como por ejemplo el de Son Dureta.

¿Cuál fue tu siguiente destino?
La Escuela de Enfermería de Son Dureta y luego, al planificarse la sanidad de una forma más coherente, pasé a Camp Redó, en primaria; en dicho periodo también acudí a un curso en Madrid de profesora de Enfermería; de hecho y como verás nunca he estado parada; posiblemente esto sea una consecuencia de mi forma de ser, inquieta y activa, o al deseo de seguir ampliando mis conocimientos.

Hoy, especialmente para quienes recalamos en "Son Espases" por algún motivo en especial, pero también por el "boca a boca", nadie ignora que estás siempre pendiente de nuestras necesidades sanitarias y humanas. ¿Qué te ha llevado a convertirte en el "ángel de la guarda" de todos los menorquines?
Muchas cosas, sobre todo el sentido de responsabilidad. Es más, en muchas ocasiones desearía tener en mis manos una "varita mágica" para poder dar cobertura y solucionar todos los problemas que me llegan, pero soy humana, no soy "una fada bona" como me has calificado.

Me imagino que el darse a los demás proporciona una enorme satisfacción personal. ¿Es así?
Sí, y te diré más, lo que realmente te reconforta es el comprobar como con tu entrega consigues reducir parte del sufrimiento ajeno; pero…

Eres humana; de tu currículum nos hemos dejado algo sin mencionar.
Los diez años que pasé en Es Banyer, en Alaior; estando allí fue cuando me propusieron desempeñar el actual rol, aquí, en Mallorca y me vine para solo seis meses y ya ves, llevo más de diez años.

Una sonrisa, una mano tendida… ¿Reconfortan más que cualquier otra cosa?
Puedes añadir una "abraçada"… Pero no solo al enfermo sino a cualquiera de sus acompañantes; estos, en muchas ocasiones, son los que más lloran porque ven la realidad que se les plantea; la parte humana es más intensa y más sensible que la parte social, cuyo aspecto trabajo más directamente con las áreas especializadas de los distintos ayuntamientos menorquines que con los propios desplazados.

El drama humano aquí y en tu puesto de "vigía", debes vivirlo intensamente, ¿cierto?
Del todo y como pocos se imaginan; aquí sientes y experimentas algo muy diferente a estar gozando de la presentación de una ópera, aquí es la vida misma la que te "asalta"; me gustaría me comprendieras al decirte que el contacto con los enfermos me ha cambiado la vida

Tu escala de valores es otra… Recientemente has estado en Chile. ¿Qué sensaciones has captado en aquel país hermano?
Muchas, muchísimas, pero lo que más me ha impresionado es la gran diferencia que existe entre los distintos grupos sociales, los de arriba son auténticos privilegiados, los otros, los de abajo, unos parias; además el comprender la realidad de Chile no es fácil, un viaje no te da para ello, hay que vivir allí una larga temporada y sumergirte en aquel mundo, tan complejo y sin que se vislumbre un proyecto de futuro.

Digamos que Chile vive un "tiempo" de dolor y que el planificar un futuro de esperanza es sumamente difícil.
Sí, pero digamos también que es un tiempo sin concretar, porque un cambio con lo que ello significa ni siquiera puede vislumbrarse.

El drama del paro y el hundimiento del mundo del trabajo, situaciones ambas que también aquejan Menorca. ¿Se hace patente aquí en tu puesto de "coordinadora-confidente"?
Sí, a la gente de Menorca la veo desilusionada sobre todo porque no ven una salida inminente a la crisis; solución o salida que les permita "respirar", tomar aliento; además muchos de ellos, de los que comparten sus dudas e ilusiones conmigo, pertenecen a las generaciones "des rinconet per si…" y ahora ven que, mes tras mes, sus ahorros van disminuyendo.

Nuestro "perro" mundo que se desmorona. ¿Provoca un mayor drama sanitario-social-humano?
Por supuesto, porque con dinero todo, aparentemente, resulta más fácil; las capas sociales más agraciadas soportan mejor los momentos de crisis, los otros, los económicamente más "débiles", se sienten desamparados e incluso solos.

Y en estos momentos, cuando parece que el mundo se desintegra. ¿A qué se acogen?
Cuando era estudiante, muy joven, en Cruz Roja, una monja me enseñó que cada persona es un mundo, una realidad diferente, y esto me lleva a comprender que en situaciones extremas cada uno de nosotros reacciona "a su manera"; todos tenemos a donde agarrarnos, y nuestros propios resortes de supervivencia.

¿Ves alguna solución?
Que todos unamos nuestras fuerzas y pongamos lo mejor de cada uno de nosotros y formemos equipo porque los políticos por sí mismos no consiguen hallar la solución idónea para cambiar el ritmo de una crisis que está rompiendo todos los esquemas habidos y por haber.

¿Crees que somos conscientes de esta necesidad, la de aunar esfuerzos?
Hay gente que lo es; mi hijo, en Chile, se está "buscando la vida", él, como otros muchos jóvenes, reconocen que están en deuda con la sociedad que les pagó sus estudios, su formación y ahora quieren ser partícipes de una "remontada" que posibilite el vivir sin tantos agobios y en libertad y justicia.

De tu familia, "els Rosquilles", todos sabíamos que eran socialistas "de sempre", y de La Unión, que era como tener el certificado de izquierdistas, pero también sabíamos que eran "buena gente", honrados, trabajadores… En los años anteriores a la Democracia, ¿tuviste alguna dificultad en tu ir haciendo?
Ninguna; recuerdo que mi padre nunca evitó la afiliación de un operario a la Seguridad Social, algunos al retirarse se lo agradecieron; éste era su sentido de la responsabilidad y de la honradez que le impedía obrar de otra manera; en lo que respecta a mí en algunas ocasiones, y por mi edad, me utilizaban como "enlace" o de acompañante de algún "invitado poco recomendable", pero nada más; algunos amigos me llamaban la "rojilla", pero no le daba importancia alguna; para mí Menorca siempre fue un enclave especial, incluso diferente.

¿Hay algo mejor que darse a quienes sufren?
No, creo que no, lo que ocurre es que no siempre puedes llegar hasta donde desearías llegar.

¿Y?
En el darte, sin darte cuenta adquieres un responsabilidad difícil de soportar, porque como te he dicho, sigo siendo humana, con mis limitaciones a cuestas.

¿Volverás a Menorca?
Por supuesto; mi casa, mi hogar siguen estando en Maó y nunca he dejado de llevar la "marca Menorca", además añadiré que nunca he dejado de estar empadronada en donde nací, en Maó.

¿Vives el día a día de la realidad de nuestra isla?
Lo intento, no solamente a través de los "mensajeros" que llegáis aquí, a "Son Espases", sino también leyendo el "Menorca" que recibo regularmente gracias a la deferencia que la dirección tiene conmigo.

Ser enfermera, ¿requiere vocación?
Para mí sí; la enfermera vive situaciones muy fuertes, y si no fuese por la ilusión que sientes por tu vocación, no serías capaz de soportarlos, correrías en busca de aire fresco que te devolviera a la realidad, o a una parte de la realidad menos "comprometida".

¿Me recomendarías una frase para no desfallecer en el intento?
Que detrás de cada paciente hay una historia humana; no lo olvides yo siempre lo recuerdo.

Y a la vida, ¿qué le pides?
Poder estar hasta la hora de mi jubilación, y si es posible mucho más tiempo, junto a los míos, luego añadiré salud, porque sin ella las cosas son muy diferentes y muy complicadas.

Tan solo añadiré… Siau qui sou, per sempre més.