Emotivo. El público en pie rindió justo homenaje a la gran trayectoria del cantante de Ciutadella, en presencia de las autoridades - Javier

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El viernes y al término de una representación de altísimo nivel de la ópera "Madama Butterfly" se rindió en el Teatre Principal homenaje al barítono menorquín Joan Pons. Creo que no se pudo encontrar mejor lugar ni tiempo; por una parte este teatro donde se encuentran las raíces de esta carrera operística que, desde aquí, ha pisado los escenarios más importantes de la geografía operística y que finalmente para decir adiós a las representaciones de ópera también ha querido que fuera en este coliseo de Maó.

Abrió el fuego Gabriel Juliá, musicólogo y miembro de los Amics de s'Ópera de Maó, que hizo una completa semblanza de la carrera del homenajeado así como una semblanza del hombre y el amigo que se esconde tras el artista. Sin duda en lo que se refiere al acto en sí ésta y la intervención de Joaquín Comas, presidente actual de los Amics de s'Òpera, fueron las más sentidas por el hecho de la relación de participación y ayuda de nuestro artista a la asociación.

Como no podía ni debía ser de otra manera aportaron también su presencia y sus parlamentos institucionales la alcaldesa de Maó, Águeda Reynés, el presidente del Consell, Santiago Tadeo, y finalmente el presidente del Govern, José Ramón Bauzá.

Con todo el elenco de la ópera que acaba de representarse como fondo del acto y un teatro lleno a rebosar, con el público puesto en pié y aplaudiendo de forma atronadora a su conciudadano, que pone un punto final a una carrera internacional ganada con muchos esfuerzos que cualquier aficionado medio conoce o intuye, creo que Joan Pons debió pensar justificadamente que sin duda ha sido profeta en su tierra y que su gente está muy orgullosa de sus éxitos en los grandes templos de la ópera, de sus veinticinco temporadas en el MET de Nueva York o sus éxitos en la Scala de Milán o de sus múltiples éxitos, por mencionar dos de las salas más reconocidas y temidas por los cantantes. Seguro que todo el público asistente a este obligado y necesario homenaje preferíamos pensar más que en el cortante "adiós" en un afectuoso "hasta siempre". Finalmente unas emocionadas palabras del artista con un espontáneo "vos estim" que era más significativo que cualquier discurso formal.