CUBIERTA. La instalación vive una semana decisiva para su futuro, una cuenta atrás para saber si se mantiene abierta o cierra temporalmente - Paco Sturla

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El futuro de la piscina cubierta de Ciutadella pinta algo más que incierto. La pasada semana, como ya informó este periódico, la empresa que gestiona este servicio por encargo del Ayuntamiento, Serpro Sport, exigió al Consistorio el pago de 232.000 euros para continuar prestando el servicio. Si el Ayuntamiento no atendía su petición, este mismo viernes, día 14, entregaría las llaves de la instalación y dejaría de gestionar la piscina.

A día de hoy, el equipo de gobierno ya analiza el futuro de esta infraestructura sin contar con Serpro Sport. Así, la concejala de Deportes, Inmaculada González, admite que su departamento solamente trabaja con dos escenarios. Cerrar la piscina hasta que otra empresa asuma su gestión, o que sea el propio Ayuntamiento quien se encargue de mantener abierta la instalación aunque con unos servicios mínimos.

El equipo de gobierno duda mucho de que la cantidad reclamada por Serpro Sport tenga justificación, y además las arcas municipales se encuentran en una situación muy delicada como para hacer frente a la suma solicitada por la empresa.

Mañana será un día clave en este proceso, ya que se evaluarán las diferentes posibilidades y se adoptará, en principio, una decisión. De todos modos, González ya avanza que si finalmente el Consistorio tiene que hacerse cargo de la piscina con recursos propios, no podrá crear ninguna plaza de trabajador específica para esta función, lo que prácticamente imposibilita que se ofrezcan los cursos que estaban previstos para este verano.

De hecho, representantes del personal de Serpro Sport también se han dirigido al Consistorio para interesarse por su situación y, sobre todo, por su futuro en caso de que el Consistorio tenga que gestionar la instalación.

Con la cuenta atrás hasta el viernes en marcha, Inmaculada González advierte de que la situación que se crearía sin un concesionario en la piscina es compleja por diversos motivos. El primero, y más obvio, porque no habría quien gestionara la instalación. Pero a partir de aquí, hay unos usuarios que han pagado unas cuotas para recibir unos cursos que, si finalmente la empresa cesa en su servicio, no podrán recibir.

Estas cuotas, apunta la concejala, se han abonado a Serpro Sport, y debería ser esta empresa la que se encargara de devolverlas a sus pagadores. Aparte de los usuarios, la situación también afectaría a los trabajadores, que se verían en un panorama complicado, apunta la edil.

Todo este futuro pasa por la reunión de mañana en el Ayuntamiento. Por su parte, desde Serpro Sport aguardan a la decisión que adopte el Consistorio para mover pieza. A día de ayer, consultados por este periódico, declinaron hacer declaraciones a la espera de poder reunirse con el equipo de gobierno y analizar la situación.