Rafalet. Germán Kunusch, responsable de la primera guía que se edita sobre escalada, en una de las vías de la zona de Sant Lluís que ha equipado él mismo - g.k.

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"Recalé en la Isla con la idea de que en Menorca no se escalaba y me llevé una grata sorpresa". Son las palabras de un gran aficionado de este mundo en vertical y que recogen la impresión general que existe sobre la escalada en Menorca. Y es que se trata de una Isla inexplorada, desconocida pero con un enorme potencial. Es, sin duda, un "paraíso donde poder practicar el deporte durante todo el año". Con estas palabras define el argentino Germán Kunusch la realidad que abraza Menorca respecto a este vertiginoso arte y cuyo primer inconveniente es la inexistencia de guías informativas que establezcan las bases para practicarlo con toda las garantías.

A pesar de ser un lugar ignoto, quienes conocen la Isla quedan prendados. Y es que escalar por tan bellas estampas rocosas en medio de un escenario inolvidable no es una vista frecuente. Unido a ello va un grupo de aficionados de medio centenar de personas que así lo ratifican. Esta práctica es desconocida hasta el punto de que "cuando digo que escalo me preguntan si lo practico en Monte Toro, es el interrogante más repetido", argumenta Kunusch.


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