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Ayer fue el último día de actividad en la piscina municipal de Ciutadella. A partir de hoy los usuarios encontrarán la puerta cerrada, al menos durante el verano, como anunció el Ayuntamiento para encontrar una solución a la entrega de la llaves de la concesionaria, Serprosport.

Casi un centenar de personas de todas las edades no se han querido resignar al cierre y ayer tarde protagonizaron una cacerolada como expresión de indignación e impotencia. Al frente Sílvia Arguimbau, una de las organizadoras del acto de protesta, que recibió el apoyo de todos. Afectada por una parálisis cerebral desde el nacimiento y en su silla de ruedas, es usuaria de la piscina por prescripción médica, desde que abrió, hace unos 15 años. Precisamente este fue el mensaje principal de los manifestantes: la piscina no es un recurso sólo de ocio, es un recurso de salud que se pierde.

Entre los manifestantes estaban padres, madres y niños, jóvenes, y también representantes de la Asociación contra el Cáncer. "¿Qué haremos sin la piscina?", se preguntaba una usuaria afectada por cáncer. Explica que dos veces por semana acuden a la piscina dos grupos de 10 personas cada uno que realizan ejercicios de rehabilitación para superar la enfermedad. "Para nosotros es un drama porque no sabemos si el próximo curso volverá a abrir. Es un paso atrás para el bienestar de muchas personas".

Entre los manifestantes había jóvenes que practican natación como deporte, ancianos, discapacitados que acuden a la piscina con fines terapéuticos, personas usuarias por prescripción médica y familias en las que los niños han aprendido a nadar.

"Estamos en medio de las desavenencias entre el Ayuntamiento y la empresa que la ha gestionado. Los perjudicados somos los usuarios", afirmaba una manifestante.

Había quienes cuestionaban la inactividad municipal para resolver los problemas económicos que arrastraba la piscina. Según los propios manifestantes, la adjudicación del servicio expiró en agosto del año pasado y se prorrogó la concesión a la empresa. "Si hubieran convocado un nuevo concurso a tiempo para una nueva concesión tal vez la piscina ahora no estaría cerrada".

La realidad es que el Ayuntamiento tiene pendiente la redacción del pliego de condiciones y convocar el concurso para una nueva adjudicación, porque desde el Consistorio ven difícil que la instalación pueda ser gestionada directamente por la Administración municipal.

Entre tanto, la realidad es que la piscina quedará cerrada al público al menos durante el verano. Este es el plazo marcado por el equipo de gobierno para encontrar una solución de cara al próximo curso.

Según los datos de los manifestantes, durante el curso la piscina tiene 1.500 usuarios, entre los abonados y los alumnos de los colegios que acuden a realizar actividades.

La cacerolada terminó de forma emotiva, cuando muchos de los usuarios se abrazaron con las personas que han sido sus monitores y que se quedan en la calle. La piscina queda cerrada hasta no se sabe cuando, con la impotencia de los manifestantes a sus puertas.