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Autofitxa
Soy Tomé Olives y tengo 41 años. Estoy casado con Núria y soy padre de tres hijos Sergi, Maria y Albert. Estudié música en Menorca y en Barcelona, acabé mis estudios superiores de órgano. Amplié conocimientos en Munich y París. Soy organista litúrgico en la Catedral de Ciutadella y también toco el órgano en Santa María. Me gusta mucho jugar a bolos


¿Qué hace un músico presidiendo el Rotary Club de Menorca?
Hace años que estoy vinculado al Club, de hecho hace dos me nombraron miembro honorífico. He estado un año en activo y para mí es un privilegio y honor ayudar y servir a los demás.

¿Qué labor desarrolla el Rotary Club Menorca?
Desarrolla una actividad social, cultural y educativa muy intensa. Ayuda a los demás a todos los niveles.

¿No cree que es una entidad un tanto desconocida?
Sí. Se habla de ella pero no todos saben lo que hace. Unos piensan que es una ONG, pero no lo es. Ayuda a ayudar. Existen 36.000 clubes repartidos en 200 países y 1,2 millones de socios. Practica la filosofía dar de sí antes de pensar en sí mismo, la resolución pacífica de los conflictos, trabajar para el bienestar de la humanidad y el progreso de las naciones. Son palabras llenas de significado y difíciles de realizar. Creo que aportando cada uno su granito de arena se pueden hacer muchas cosas.

¿Qué iniciativas lleva a cabo?
Rotary Internacional centra sus esfuerzos en erradicar la poliomielitis, a penas quedan países donde es endémica y no es por falta de dinero ni voluntad del Rotary, sino porque esos propios países impiden la vacunación. Además, de todo el dinero que se recauda para combatir esta enfermedad, Bill Gates se ha comprometido a donar la misma cantidad. También se hace una llamada al mecenazgo.

¿Qué iniciativas llevan ustedes a cabo a nivel local?
Participamos en campañas de recogidas de alimentos. También la Fundación Reynolds convoca una beca de 7.500 euros para jóvenes residentes para continuar su tarea artística y conocer otros países. También ayudamos a crear una zona ajardinada en la plaza de la Explanada de Es Castell y en la escuela nueva de Sant Lluís hemos aportado material. Intentamos dar apoyo económico y dedicar tiempo y esfuerzo.

¿Por qué eligió formar parte del Rotary y no de una ONG?
Creo que la ventaja del Rotary es que la ayuda llega directamente a quien la necesita, como por ejemplo nuestro proyecto de potabilización de agua en lugares donde no hay acceso. El género que suministramos como los tubos potabilizadores pasa de un rotario a otro. Tenemos ayudas internacionales y sabemos que el dinero llega íntegro. Esto no quiere decir que los otros lo hagan mal o que no colaboremos con ellos.

¿Cuántos socios son?
Unos diecisiete. Tenemos la intención de incorporar más miembros. Somos un club abierto a todo el mundo, aunque un tanto selectivo. Queremos tener diversidad de profesiones representadas para poder ayudar mejor.

¿Qué objetivos se ha fijado?
Siempre se habla de proyectos estrellas, pero mi idea es el de la continuidad, de seguir trabajando en lo que lleva haciendo el Rotary desde hace 30 años y estar abierto a lo que los demás puedan aportar.