Can Saura. A día de hoy, el palacio sigue cerrado a cal y canto a pesar de ser público desde hace 13 años - Gemma Andreu

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El culebrón de Can Saura está a punto de tocar a su fin. Tras años de obras y de vaivenes sobre su destino final, todo apunta a que el palacio ubicado en la calle Santíssim se convertirá en la nueva sede de los Juzgados de Ciutadella.

El equipo de gobierno ya anunció esta posibilidad, e incluso el pleno del Consistorio aprobó no hace mucho una moción mediante la cual se permitía el uso administrativo para un edificio que, inicialmente, no lo contemplaba. Era un paso necesario para que las negociaciones con el Ministerio de Justicia pudieran alcanzar otro nivel. Antes de esta modificación, se ponía sobre la mesa algo que urbanísticamente no era posible. Una vez realizada la modificación del Plan General, el camino está más despejado, y según ha podido saber este periódico, el Ministerio ve con muy buenos ojos la propuesta del Ayuntamiento.

De hecho, el departamento que dirige Alberto Ruiz Gallardón ha asegurado estar muy interesado en esta opción. En varias reuniones tanto en Madrid como en Ciutadella, ha mostrado su predisposición a llegar a un acuerdo con el Consistorio, y a conseguir la cesión del edificio por el cual pagarían un alquiler o un canon. Pero para que esto suceda, el edificio debe ser recepcionado por el Ayuntamiento y ahora mismo, a pesar de que las obras llevan meses concluidas, no lo está.

La reforma en Can Saura ha sido motivo de muchas polémicas. Primero por el sobrecoste de la obra y la decisión sobre quién debía pagarlo. De hecho, a día de hoy aún no está claro quién asumirá este exceso, aunque parece que el Govern balear, que es quien asumió la dirección de las obras, pagará la mitad de este sobrecoste y el Ayuntamiento, como promotor de la obra y propietario del edificio, la otra mitad.

Pero el problema más importante es otro. Las empresas que trabajaron en la obra presentaron diversos procesos judiciales entre sí al no haber cobrado la totalidad de sus emolumentos. De hecho, parte de las empresas que se adjudicaron la obra están en concurso de creditores, y las empresas que fueron subcontratadas por las adjudicatarias principales se quejaron de que no habían recibido pago alguno por su actuacíón. En esta situación, algunos industriales se negaron a entregar el certificado de final de obra al Consistorio hasta no tener resuelta su situación. Fuentes municipales apuntan que este conflicto está encauzado, y que la recepción de las obras se podría producir en breve.

Cuando el Ayuntamiento tenga las llaves del edificio, podrá entregarlas al Ministerio de Justicia para que realice las actuaciones que crea necesarias en el interior del edificio. Cabe recordar que inicialmente, la reforma de Can Saura estaba pensada para acoger, sobre todo, un museo.

Si finalmente Can Saura Miret se convierte en la sede judicial de Ciutadella, la ciudad unificará las dependencias que ahora mismo tiene repartidos en diferentes zonas. Los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción se ubican en la calle República Argentina; el Juzgado de lo Social en el edificio de Correos en la Plaça des Born. Desde el Consistorio entienden también que el traslado de todas las dependencias judiciales a Can Saura permitiría resolver la falta de espacio de estas instalaciones, sobre todo las de los Juzgados de primera instancia e instrucción.