Brasil y Portugal. El talento de Sergio Tannus bebe de estos dos países - S.T.

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Es uno de los músicos destacados que acompañan habitualmente a la cantante Dulce Pontes y que el próximo 9 de agosto, también estará presente con su viola caipira en el concierto del Foro Menorca en el Teatre Principal, donde la portuguesa presentará su último álbum, "Puertos de Abrigo". Estamos ante uno de los músicos más completos de la cosecha brasileña, un virtuoso en instrumentos variados, como guitarras, violoës, bajos, cavaquinho, bandolín y percusiones, que empezó a tocar desde muy joven, con tan solo ocho años.

Sergio Tannus es un autodidacta cuyo talento se fue perfeccionando en la búsqueda de nuevas sonoridades, aliadas a las influencias universales, sin dejar de lado sus raíces brasileras. Vive en Santiago de Compostela desde hace seis años, desde donde divulga su trabajo como multinstrumentista y cantautor por varios países de Europa. Conocerle es conocer también una parte de Dulce Pontes..

Dicen que usted está considerado uno de los músicos más completos de la música brasileña...
Uy, esto lo llaman un piropo! Creo que me viene atribuido porque desde pequeño me ha gustado probar instrumentos, tocar de todo, mezclar ritmos, mezclar sonidos, en fin, he sido muy ecléctico a la hora de elegir mi destino musical. Si soy un músico completo es porque cuando un ritmo me entra, me lanzo con cualquier estilo, con samba, con jazz o con pop. Desde los 14 años me he sentido muy acompañado de muchos cantantes y supongo que he crecido acostumbrado a escuchar nuevas cosas.

¿De dónde emerge este virtuosismo?
Siempre me ha parecido que hablar de virtuosismo es un halago que no me merezco. Por el hecho de haber experimentado con tantos instrumentos, no me puedo identificar como un virtuoso de un solo instrumento que sí que destaca especialmente sino más bien, mi camino es aquel que busca sonoridades, que trata de mezclar músicos del mundo, culturas..

¿Forma parte del carácter de la música brasileña el ser un músico multinstrumentista?
Estoy seguro. Empecé a los 8 años con la guitarra. Me pasé al cabaquiño, un instrumento de cuatro cuerdas simples que se utiliza para la samba. Después pasé por la guitarra eléctrica, en composición de música brasileña. Tienes que saber que la música brasilera tiene una armonía muy compleja porque bebe de diversas influencias de música negra, de música india, de música europea. La samba, la bossa nova es mezcla de varios estilos y lo que hace es enriquecer la música.

¿Cuál es su instrumento preferido?
Es muy difícil responder. El mas completo para acompañar es la guitarra española pero tengo uno que me gusta mucho por su sonoridad y que utilizo con Dulce Pontes. Es la viola caipira, que tiene su origen en las guitarras portuguesas, ya que llegaron al Brasil de los colonos portugueses. Se toca de manera muy rústica, con dos dedos porque era un instrumento que utilizaban los campesino. Caipira supongo que te sonará de Caipirinha. Una caipira es la palabra que se utiliza para hablar de un campesino.

¿Qué representa para usted poder acompañar a Dulce Pontes?
Es un regalo, es un gran regalo. Estoy con una de las mejores cantantes de todos los tiempos y poder colaborar con una persona con tanto talento, es una oportunidad musicalmente increíble.

¿Cómo la describiría?
Dulce es especial, tiene una sensibilidad y una voz increíbles, crea la música con el corazón y esto se nota.

¿Será por los lazos musicales que existen entre Brasil y Portugal?
Somos hermanos de colonización y por eso, existe una gran afinidad musical, una gran convivencia porque África está en el medio. Esto también se traduce en mucha culturalidad, muchos estilos de ritmos brasileños. Este periodo con los esclavos, con la música indígena de Brasil, con la música europea de Portugal ha agregado muchos estilos.

¿Cómo está la música brasileña hoy en día?

No está en un buen momento como el resto del mundo. Estoy en contra de estos grandes mercados que mandan porque relegan a toda una serie de buena música que pasa desapercibida para los públicos. Con la globalización, parece que la música que suena en la radio es la buena porque es la que imponen las grandes discográficas pero existe un mercado paralelo, que se está ahogando, repleto de buenos músicos y compositores pero con menos proyección.

¿Cómo fue la experiencia de micromecenazgo para su último trabajo Son Brasilego?
Fue la primera experiencia y la verdad, resulto muy buena. Fue un CD grabado con recursos propios, un disco de agradecimiento por todos estos años en Galicia de crecimiento musical y artístico que quise hacer con 43 artistas que colaboraron gratuitamente. Se grabó en el estudio de casa durante tres meses y las críticas han sido realmente espectaculares. Era un trabajo hecho con el corazón, una apuesta por el intercambio cultural y personal, por la fusión de ideas, por los ritmos y raíces comunes.

¿Se puede todavía vivir de la música?

Las personas dicen que no, pero hay varias maneras de hacerlo. Todo depende de tus aspiraciones. Puedes vivir tocando en un bar cada noche o viajando y acompañando a varios talentos. Yo he tenido la suerte de colaborar con grandes artistas y no me ha ido mal. Si la persona se focaliza en hacer buena música, en la seriedad, en la profesionalidad, en la generosidad, se acaban consiguiendo buenas cosas. De mis colaboraciones he recogido muchos frutos cuando los necesité porque todos estuvieron disponibles.