Espectáculo. Ganó mucha intensidad cuando los cuatro artistas coincidieron sobre las tablas - Rafa Raga

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No era la primera vez que el Festival de Música d'Estiu de Ciutadella apostaba por el flamenco, y seguramente, a la vista de la respuesta del público, que prácticamente llenó todas las sillas del patio del Claustre del Seminari, tampoco será la última. El guitarrista Dani de Morón ofreció el pasado lunes un bonito espectáculo que se extendió durante cerca de dos horas y en el que hubo momentos para todo gracias a la progresiva incorporación al escenario de Víctor Méndez al cajón, el cantaor Alejandro de Jerez y la bailaora Jeranys Pérez. Fue cuando todos coincidieron sobre las tablas el momento en que el concierto ganó más intensidad, lo que les hizo merecedores a todos ellos de grandes ovaciones por parte del público.

Los primeros "olés" espontáneos por parte de los espectadores no se hicieron esperar; bastó la primera malagueña interpretada para obtener la aprobación del público. A partir de ese momento, Dani de Morón comenzó a desgranar algunos de los temas que conforman su primera grabación discográfica en solitario, que lleva por título "Cambio de sentido", y que se editó en 2012.

Así, y sin mediar prácticamente palabra alguna con el público, comenzó un torrente de temas –una decena en total– , en el que se mezclaron soleás, bulerías, rondeñas y espectáculos de baile. Y todo ello en un marco incomparable como el del Seminari, que al fin y al cabo pesa más que un juego de luces bastante pobre y un sonido quizás algo mejorable. Respecto al escenario, durante las pocas fases del concierto en que el guitarrista se dirigió al publico, aprovechó para decir que "era uno de los sitios más bonitos en los que había tocado nunca".

Un cierre con fuerza
Ya hacia al final, con los cuatro artistas sentados y acompañando a las palmas, el concierto cogió un impulso que supo contagiar a los asistentes, un proceso que culminó con la bulería "Cambio de sentido", cantada con ímpetu por Alejandro de Jerez y que terminó con una cerrada ovación de un público que se puso en pie para rendir un merecido homenaje al cuarteto. Como resultado, un bonito concierto en una calurosa noche de verano que marca el ecuador de un veterano festival, que pese a las dificultades económicas que atraviesa se esfuerza, y se nota, por mantener el nivel artístico. De intentar seguir esa estela se encargará ya el próximo lunes una formación musical local, el Joan Mesquida Jazz Quartet.