TW
0

autoficha
Soy Laia Seguí, tengo 36 años y soy de Maó. Estudié Hostelería y Dirección Hotelera en la Escola Superior d'Hostelería de Catalunya, en Bellaterra. Después de trabajar en Saint Thomas, en Charlton, en Francia, en Inglaterra y en "El Bulli", de Ferran Adrià, volví a Menorca, con 30 años, donde organizo bodas y fiestas, y también soy chef privada.

¿Cómo decide trabajar como organizadora de bodas?
Estudié Hostelería y Dirección Hotelera, y he trabajado en diferentes partes del mundo, en muchos eventos. Cuando volví a Menorca vi que había una carencia de mercado. Yo ya había trabajado tres años organizando bodas, y mezclando mi experiencia con diferentes temas, ya hace cuatro años pensé en ofrecer este servicio en la Isla.

¿Es habitual recurrir a un organizador de bodas en Menorca?
Generalmente, yo trabajo con extranjeros y gente de la Península, o con parejas en que uno es de Menorca pero no vive aquí. Es muy práctico para la gente que es de fuera, porque eso les complica la organización. Además, es muy cómodo, porque puedes disfrutar de tu boda, con una persona que se ocupa de todo.

Así, la gente de Menorca es la que menos utiliza estos servicios.
Sí. Es todo gente de fuera. De hecho, Menorca tiene mucho potencial como destino para celebrar bodas, y es mucha la gente que viene para casarse aquí. Además, da mucho trabajo, mueve a mucha gente, porque para casarse aquí vienen al menos para cuatro días, y eso es hotel, coche, restaurantes, el día antes, el día después, la boda. Mueve mucho trabajo.

¿Qué les trae a la Isla?
Hay de todo. Hay gente que no ha estado nunca pero viene a casarse aquí, la hay que ha venido de vacaciones y luego vuelve para eso, la que se ha enamorado aquí y vuelven para casarse en el mismo lugar, o gente que lleva viniendo toda la vida y decide casarse aquí.

¿Qué piden los clientes? ¿Han bajado exigencias con lo de la crisis?
Pues no. Todo el mundo pide alquilar una casa, y privacidad. Luego nos adaptamos a lo que pide cada uno. La primera entrevista es muy importante, para saber qué quieren. Pero lo primero es la finca privada, y allí lo llevamos todo, el cátering, la música. Incluso los hay que se casan en la finca.

¿Es fácil celebrar la boda fuera de la iglesia o del ayuntamiento?
La Iglesia no suele salir fuera para casar, pero el ayuntamiento suele poner muchas facilidades. En Alaior son encantadores, y en Maó también. Eso permite casarse en el campo, en un acantilado. Tiene mucho encanto.

También organiza fiestas y es chef privado. ¿Cómo lo combina?
Como chef voy a las casas y cocino allí. Hablo con el cliente, y me encargo de ir al mercado cada día y compro producto fresco. Y luego lo preparo. Funciona muy bien aquí en Menorca, en verano, igual que las fiestas. Así, en mayo, junio y julio hay muchas bodas, y después, de mediados de julio a septiembre, hay mucho trabajo de chef privado, combinado con fiestas y bodas.