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Una densa columna de humo cerca de los molinos eólicos de Milà inquietó ayer a más de uno. El Consell Insular no tardó en explicar que la cortina grisácea se debía a que ha empezado la acción de choque contra el temido picudo rojo y que la planta de tratamientos de residuos ya está quemando restos de poda y hojas de palmeras que están infectadas.

El pasado 11 de octubre se activó el protocolo de actuación contra el Rhynchophorus ferrugineus al detectarse el primer caso y desde entonces se han ido quemando restos de poda con síntomas de la plaga.

Los troncos se rocían de un potente insecticida, se envuelven en plástico y se entierran a dos metros de profundidad. Desde la conselleria de Economía, Medio Ambiente y Caza aseguran que no se puede saber cuántas toneladas de restos han ardido con motivo de la plaga.

En Milà reciben los restos enfermos con una etiqueta con datos de su procedencia para controlar las zonas afectadas. Los propietarios pagan 14 euros por cada tonelada de palmera que se retira.

Zona afectada

El conseller, Fernando Villalonga, ha pedido al Govern balear que declare Menorca zona afectada por la invasión del picudo rojo.

En la Isla hay censadas 26.107 palmeras, de las cuales 3.805 son de título público y 22.302, privadas.