Un buen número de estudiantes no han dudado en llevas cascos a su regreso a las aulas - Javier Coll

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Los alumnos del CP Maria Lluïsa Serra y del CP Sa Graduada, colegio que utiliza temporalmente las dependencias del primero, regresaron ayer a sus aulas después de una semana de parón por el desprendimiento de placas del falso techo. A modo de protesta, algunos estudiantes acudieron a las aulas ataviados con un casco.

A pesar del reinicio de las clases, la reparación y consolidación del falso techo del edificio no ha concluído. Quedan pendientes siete espacios complementarios: la biblioteca y las aulas de música, inglés, artística y apoyo (tres).

Sí estaban listas todas las aulas tutoriales, es decir, las propias de cada grupo, así como los espacios comunes. Pese a que los servicios de limpieza se afanaron en dejarlo todo impecable durante el domingo, algunos rincones mostraban ligeros restos de suciedad propios de las obras, según comentaban algunos miembros de la comunidad educativa.

Los trabajos de reparación y consolidación del falso techo de las dependencias aún pendientes se acometerán durante las vacaciones de Navidad. Estos espacios permanecen ahora cerrados con llave. Pese a ello, tanto desde la Conselleria de Educación como desde la dirección del CP Sa Graduada explicaron que el reinicio de las clases fue ayer totalmente normal, con servicio de comedor, extraescolares, y todo lo que es habitual.

La directora del CP Sa Graduada, Amanda Camps, comentaba ayer que los maestros acudieron al centro el domingo por la tarde para acondicionar las aulas y dejarlas a punto para empezar a impartir clases. También explicó que durante el parón los docentes han seguido trabajando en un aula cedida por el Centre de Professorat (CEP).

El CP Maria Lluïsa Serra se cerró después de que diez días atrás cayeran algunas placas del falso techo, una de ellas sobre una niña. En un principio se consideró oportuno suspender las clases dos jornadas, pero luego Conselleria y constructura (la UTE formada por Dragados y Juan Mora SA) prefirieron consolidar todo el edificio, para lo que necesitaban un material que no estaba en la Isla, lo que demoró unos días más la reapertura del colegio.

El enfado entre buena parte de los padres es manifiesto a pesar del reinicio de la actividad lectiva. En primer lugar, por el riesgo al que han estado expuestos sus hijos todo este tiempo, pero también por el hecho de que la Conselleria de Educación no ofreciera una ubicación alternativa para que los alumnos no se perdieran cuatro días de clase.

Aseguran que a través de las asociaciones de padres y madres presentaron propuestas de espacios, incluso la posibilidad de organizar simplemente un servicio de guardería para aquellas familias en las que todos sus adultos trabajan, pero que no obtuvieron respuesta.