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El Club Marítimo podrá gestionar al fin amarres propios en el puerto de Maó el próximo verano. La Autoridad Portuaria de Balears (APB) confirmó ayer que ha llegado a un acuerdo con el histórico club mahonés para aprobar la autorización de ocupación temporal para tres años de una serie de puestos de atraque en Cala Figuera, al lado de la gasolinera que ya gestiona en la zona.

Los miembros del Consejo de Navegación del Puerto que se celebró ayer en la sede mahonesa del ente portuario pudieron ver por primera vez sobre el papel lo que hasta ahora solo eran buenas intenciones: un boceto de los amarres de los que el club se hará cargo sin necesidad de concurso público.

No está claro, no obstante, cuál será el número final de puestos de atraque que pasará a gestionar el Marítimo. En principio solicitó 66, aunque fuentes de la APB explicaron ayer que falta concretar cuestiones de carácter técnico para acabar de determinar el número de amarres, que podría sufrir variaciones respecto a la propuesta inicial del club.

Sí que han trascendido algunos de los detalles de esa autorización de ocupación temporal de que gozará el club. Deberá reservar un mínimo del 80 por ciento de esos puestos de amarre a las embarcaciones de menos de 12 metros de eslora y el 20 por ciento restante será para esloras superiores. Asimismo, el club pondrá a disposición de los usuarios amarres de base y también de amarres de tránsito para satisfacer la demanda estival.

La entrada en el ente portuario de un nuevo presidente, Alberto Pons, y de un nuevo director, Juan Carlos Plaza, ha acelerado la respuesta a a la reivindicación de un club que a finales de 2008 vio como se quedaba sin la gestión de los 165 amarres que históricamente había gestionado en el Moll de Llevant del puerto, en favor de Trapsa Yates, la empresa propiedad del ex presidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán.

Por otra parte, en el Consejo de Navegación del puerto de Maó celebrado ayer, al que no pudo acudir el nuevo presidente de la APB, Alberto Pons -sustituido por el director, Juan Carlos Plaza-, también se trató la propuesta de reordenación de los amarres desde la Estación Marítima hasta el Moll de Llevant, que había generado el último punto de controversia entre la anterior presidencia y el Ayuntamiento de Maó, que no fue invitado a la última reunión para abordar la cuestión.

La Autoridad Portuaria buscará una solución consensuada con las empresas concesionarias al descontrol de la zona de amarres. Asimismo, el ente portuario explicó que tiene la intención de ampliar el año próximo el espacio de amarre de la Estación Marítima y aseguró que en breve se tomará una decisión sobre el varadero del puerto.