El 1 de enero de este año, el Consell decidió que las empresas que utilizaran las 'deixalleries' de Menorca deberían pagar para depositar los residuos en estas instalaciones públicas. Era una medida pensada para acabar con el abuso que algunos profesionales hacían de estas plantas, donde se evitaban tener que pagar la tarifa que sí debían abonar en las plantas de tratamiento de residuos o en vertederos.
Un año después, el resultado se ha conseguido, aunque solo en parte. El número de usuarios de las seis deixalleries de las que se disponen de datos para la comparación (queda fuera Ciutadella) ha bajado en este año un 17,8 por ciento de media durante este ejercicio. El descenso es mucho mayor entre los profesionales del comercio y de la industria. Los industriales han reducido a la mitad sus visitas a las 'deixalleries', mientras que los comerciantes han bajado un 33,6 por ciento. En cambio, entre los particulares, las visitas a los puntos verdes han bajado solamente un 5,4 por ciento.
El descenso es extremadamente pronunciado en la deixalleria de Es Migjorn Gran, donde la presencia de usuarios profesionales ha quedado prácticamente reducido a cero. En Es Mercadal baja de manera drástica el uso de los puntos verdes por parte de los comerciantes, mientras que en Ferreries el descenso es muy notable entre los industriales.
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