Los jóvenes participantes disfrutaron de lo lindo durante toda la mañana de un buen número de actividades | Gemma Andreu

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Como cada año, el Cercle Artístic celebró su fiesta de Carnaval para los más pequeños de la casa, una tradición que en esta ocasión contó con la participación de medio centenar de niños y niñas, e incluso un bebé de dos meses, que disfrazado de fresa puso una especial nota de color en el concurso. En el certamen se mezclaron los disfraces más clásicos con algunos un poco más modernos, y entre estos el jurado quiso reconocer el buen hacer de un grupo de robots armados con piezas de material reciclado.

También se premió el maquillaje de un joven vestido de pavo real, a un grupo de dibujos animados por su coreografía y a una familia medieval por sus elaborados atuendos. La fiesta se completó con un concurso de adivinanzas y un espectáculo de cuentacuentos.