El "Nura Nova" esperando frente a Cala Blanca | Paco Sturla

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Indignación es la palabra que podría definir el estado de ánimo del responsable de Iscomar en Menorca, José Ignacio Seguí Chinchilla, después de las horas de angustia que sufrieron cerca de un centenar de pasajeros del «Nura Nova», que ayer padecieron los efectos del cierre del puerto de Ciutadella cuando el buque estaba a solo quince minutos de llegar al dique. Una decisión que calificó de «auténtica vergüenza».

Los vientos que azotaron ayer a la Isla, con rachas que llegaron a los 86 kilómetros por hora, motivaron el cierre de los puertos de Maó y Ciutadella. En levante no afectó al tráfico marítimo, ya que el «Murillo» de Acciona llegó antes que se cerrara. Sin embargo, en poniente, la decisión impidió que el «Nura Nova» llegara, y le obligó a fondear frente a Cala Blanca a la espera de la reapertura.

Según denunció ayer Seguí Chinchilla, «en Maó, que los vientos de 'xaloc' afectan más, el puerto se abrió a las 13.30 horas, y en Ciutadella que afectan menos y las condiciones eran navegables, no abrieron hasta las 18.20 horas, y no nos avisaron hasta las 19.19 horas, cuando el 'Nura Nova' ya entraba en Maó».

Fue así como los pasajeros del «Nura Nova» tuvieron que sufrir más de cuatro horas fondeados frente a Cala Blanca «con olas de más de cuatro metros». «¿Tú sabes lo que es eso?», añadía Chinchilla, encendido por unas decisiones que no entiende por injustificadas. «Las condiciones eran un 50 por ciento inferiores a las que debe haber para cerrar el puerto», afirmaba. «El puerto no tenía que cerrarse, y menos cuando estábamos a punto de llegar», denuncia. «Es una auténtica vergüenza».

Finalmente, el «Nura Nova» zarpó sobre las 16 horas hacia Maó, donde llegó casi a las 20 horas, después que el pasaje soportara las embestidas del oleaje durante doce horas.


Pequeñas incidencias

Según informaron los Bomberos de Menorca, ni desde el parque de Maó ni desde el de Ciutadella se realizaron intervenciones por los efectos del tiempo. Aún así, hubo algunas caídas de árboles, como la que se registró en el camino de acceso a La Vall. Por otro lado, en Es Castell, se hundió una barca que estaba amarrada en Calasfonts.