El consumo de caldereta de langosta ha bajado especialmente en los primeros meses de la temporada

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Los pescadores de Menorca se apuntan un buen año en lo que se refiere a capturas de langosta. A falta de tres semanas para la finalización de la temporada, ésta se cerrará con un número superior al año pasado. Desde el mes de abril, cuando da comienzo la temporada, y hasta julio, los pescadores de las tres cofradías de la Isla habían capturado un total de 9.706 kilos de langosta, lo que supone un incremento del 13,7 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado.

Sin embargo, este importante incremento no se ha traducido en una mayor facilidad en su venta directa. La razón es que en los restaurantes no se consume tanto la langosta. Y el motivo es la crisis económica: «No todo el mundo puede permitirse ir a comer una caldereta de langosta», relata el patrón mayor de la cofradía de Ciutadella, Josep Caules.

El precio de este plato ronda entre los 60 y 70 euros la ración, una cantidad que no es asequible a cualquier bolsillo, dada la situación económica actual. Caules añade que este año se ha notado especialmente esta situación en los primeros meses de la temporada. «Hasta prácticamente el mes de julio, este plato tiene una difícil salida en los restaurantes, que es cuando empiezan a llegar los turistas españoles, y que son los que conocen más nuestra gastronomía y la aprecian más», apunta.

Y además, por si fuera poco, el turismo español ha perdido fuelle esta temporada, pues entre los meses de mayo y junio llegaron a Menorca 10.000 personas menos del resto del Estado respecto al mismo periodo del año pasado. Esta impresión también la corrobora el patrón mayor de Maó, Josep Quintana, quien afirma que «cada año es más complicado que los restaurantes la compren».

A pesar de ello, el mayor volumen de comercialización se concentra en los meses de julio y agosto, coincidiendo con los que más capturas se realizan de este crustáceo, y también cuando es mayor la presencia de turistas.