Las calles se llenaron para ver la recreación de la entrega de Menorca | Gemma Andreu

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Maó viajó ayer tres siglos atrás para conmemorar su pasado británico. La ciudad de Llevant se volcó con el día central de la primera Feria Británica, que –organizada por el consistorio mahonés– se inició el viernes y concluye hoy. Miles de vecinos y visitantes abarrotaron las calles más céntricas, engalanadas con motivos british, salpicadas de casi medio centenar de tenderetes y transportadas al pasado por la evocadora melodía de las campanas de Santa Maria, que repicaron al más puro estilo del Reino Unido.

El acto más esperado del día se vivió pasadas las 13 horas, cuando de la calle Ses Moreres partieron 22 figurantes para, de la mano del Consorcio del Museo Militar, recrear un desfile de soldados españoles y ingleses, ataviados con las vestimentas propias de finales del siglo XVIII que llenaron de colorido y contrastes anacrónicos las principales arterias comerciales del Maó de la segunda década del siglo XXI.


Entrega de Menorca

La colorida comitiva descendió ante la atenta mirada de vecinos y turistas hasta una plaza Conquesta muy concurrida, donde se recreó la ceremonia de entrega de Menorca a la corona española el 16 de junio de 1802. En medio de un bochorno digno de mención, se escenificó el momento en que el II Batallón del Regimiento de Soria, representando al ejército español, y el 17 Regimiento de Línea del ejército británico procedieron el izado de banderas como símbolo de la soberanía española.

La magia escénica trasladó a los asistentes a otra época, esa en que como mandaban las Reales Ordenanzas de Carlos III de 1768, todos los navíos que pasaban por delante del castillo de Sant Felip debían disparar sus cañones con salvas que servían para indicar la obediencia al Rey y la descarga de su artillería. Una de esas salvas de cañón se disparó en la céntrica plaza y el estruendo del pasado sobresaltó a más de uno.

La jornada continuó con la oferta gastronómica del mercado medieval, la exhibición de cetrería del siglo XVIII en la plaza Constitució y el pasacalles de música tradicional. Precisamente así, con música, terminó la segunda jornada de la Feria Británica de Maó, a cargo del dúo Café Soul.