Los Policía Locales han mostrado carteles con mensajes de protesta hacia los miembros del equipo de gobierno municipal. | Javier Coll

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Una veintena de policías locales de Maó exhibieron este martes ante el pleno su malestar por «la falta de talante negociador» del equipo de gobierno municipal y los «recortes salariales» que arrastran. Pasaban tan solo quince minutos del comienzo de la sesión plenaria cuando el colectivo irrumpió en la sala y ocupó de forma silenciosa los primeros asientos.

Cuando el teniente de Alcaldía de Servicios Generales, Salvador Botella, tomó la palabra, los policías se levantaron para exhibir carteles que rezaban frases como «Les nostres famílies no es mereixen això», «Per un sou just», «Per un tractament igualitari», «Volem una Policía Local moderna» o «Prou autoritarisme», entre otras, acompañadas de camisetas negras con el mensaje de «Policía perseguida». A los cinco minutos de su acción de protesta, el colectivo abandonó la sala sin que su irrupción lograra desviar la atención del concejal. Siguió defendiendo una modificación de crédito.

El delegado sindical y copresidente de la junta de personal, Joan Gomila, asevera que la plantilla de policías locales acumula recortes en sus salarios de unos 400 euros, a los que hay que sumar los tijeretazos aplicados a los funcionarios en general. Esta bajada salarial se produce en concepto de un complemento por la especificidad policial que, según explica Gomila, «el anterior equipo de gobierno no la regularizó y el PP la dejó de aplicar». Añade que «desde la protesta que hicimos hace un par de años, la situación ha empeorado».

Además de la protesta policial, el pleno centró la gran mayoría del debate en un tira y afloja entre el tándem Botella-Tur. Primero fue la modificación de las tres ordenanzas fiscales y posteriormente, y con menos rifirrafe, los 25 reparos del interventor en relación a pagos ordenados por el equipo de gobierno sin existencia de partida presupuestaria.

En lo que respecta a las ordenanzas, el teniente de alcalde Salvador Botella, dijo que «quiera o no quiera, la presión fiscal de Maó se ha reducido» y tachó de «maquiavélico» el uso que hace el PSOE de la información. Por su parte, el socialista hizo uso de la «oposición ciudadana» con un relato «real» de una familia que ha visto «incrementados sus pagos en su vida diaria desde que gobierna el PP». Para Tur, «los números muestran una estrategia de maquillaje». Añadió que «aunque no discuto que el recibo del IBI del 2015 será inferior, hay muchos otros servicios que se han encarecido, por lo que la presión fiscal no baja».

En lo que respecta a las discrepancias con el interventor, todos los reparos fueron levantados aprobando el pago extrapresupuestario e incluyendo las cuantías en los presupuestos de 2015. Botella pidió «disculpas» por la demora de las nóminas ante «una circunstancia extraordinaria» y «calma» a las 'escoletes', representadas en el pleno.

Y Tur recordó el voto del PP en contra de reprobar la Ley de Régimen Local, que ahora está exhibiendo una de sus caras amargas.