En algunos momentos la niebla era tan densa que no se veía la otra orilla del puerto de Maó y el único edificio que se distinguía era el antiguo hospital. | Dino Gelabert-Petrus

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Una densa capa de niebla ha acompañado, por segundo día consecutivo, el amanecer menorquín. El fenómeno no ha alterado la normalidad ni en las conexiones aéreas ni marítimas, que no se han visto afectadas. Sobre las 10 de la mañana la niebla había desaparecido prácticamente.

La densidad del fenómeno ha propiciado de nuevo estampas bucólicas, que poco o nada recuerdan a Menorca, como la del puerto de Maó. Desde el parque de Dalt Vilanova apenas se veía la otra orilla del puerto y hacia la bocana el único edificio que se distinguía era el antiguo hospital.

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