Un grupo de niños, ayer tarde en un curso en la piscina municipal de Ciutadella. | Josep Bagur Gomila

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Poco más de un año después de que Biosport asumiera la gestión de la piscina y el gimnasio municipal, tras el abandono de Serpro Sport, la concesionaria ha logrado más que duplicar el número de usuarios. En noviembre de 2013, cuando asumió la concesión y reabrió las instalaciones, tenía alrededor de 800 usuarios, una cifra que un año después se ha disparado hasta los 1.800, desvela el gerente de Biosport, Antoni Capó. De ellos, la mitad (concretamente 932 personas, entre niños y adultos) están inscritos en algunos de los muchos cursos que se organizan en las instalaciones municipales, por los 600 cursillistas inscritos el año pasado.

«Tenemos todos los cursos llenos, ya no quedan plazas, y hay lista de espera», comenta Capó, que no esconde su satisfacción por haber logrado recuperar la normalidad tras los meses de incertidumbre vividos a mediados de 2013, cuando se tuvo que cerrar la piscina durante dos meses (julio y agosto) y paralizar los cursos hasta noviembre. Biosport destaca que este primer año ha servido «para poner las cosas al día», mejorar las instalaciones y que los trabajadores y los proveedores vuelvan a recuperar la confianza, tras los impagos de Serpro Sport.

La concesionaria aspira a cambiar de modelo centrado hasta ahora en la piscina. «Queremos que las instalaciones se conviertan en un centro de referencia del deporte en Ciutadella», explica Capó. Para ello tiene previsto ofrecer próximamente una gran gama de actividades dirigidas, como biocycling, spinning, biorunning o preparar a triatletas.

Son actividades que Biosport ya organiza en otros municipios, donde también gestiona instalaciones deportivas municipales, como Alaior, Es Mercadal y Sant Lluís, y donde también, igual que en Ciutadella, desde que ha asumido la gestión ha logrado duplicar y hasta triplicar el número de usuarios de estas instalaciones.

Sin beneficios, de momento

Pese a todo ello, Biosport todavía no ha rentabilizado la concesión, ya que en el primer año de gestión de la piscina y el gimnasio municipal de Ciutadella ha cerrado las cuentas en números rojos. No obstante, la empresa analiza «la rentabilidad a cuatro años vista, que es lo que dura la concesión» y en los próximos ejercicios confían en obtener beneficios, explica el gerente de Biosport, Antoni Capó. Y da un mensaje tranquilizador al Ayuntamiento de Ciutadella: «Nosotros cumpliremos el contrato; no devolveremos las llaves».