El Consell estudiará la capacidad de almacenamiento de Milà antes de decidir si se envían a fuera los residuos

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La apresurada decisión de clausurar el vertedero de Milà por el elevado riesgo de filtraciones y contaminación del terreno obliga al Consell a tomar con urgencia una decisión sobre cuál será el destino final de los residuos que se generan en la Isla. El conseller de Economía y Medio Ambiente, Fernando Villalonga, avanzó ayer al respecto que esta semana se estudiará la solución a la imposibilidad de continuar vertiendo los residuos tras la orden de la Comisión balear de Medio Ambiente.

Desde que el martes se recibió la orden de paralización, la empresa concesionaria del servicio, Juan Mora, almacena la basura en una nave del recinto de Milà. «Habrá que ver cuál es la capacidad de almacenaje que se tiene, teniendo en cuenta que actualmente se ingresan una media de 80 toneladas diarias», explicó el conseller. Otra opción es la de depositarlas en containers o bien en balas plastificadas.

Tras estudiar la capacidad, «se tomará una decisión», que puede pasar por enviar los residuos a Mallorca o Catalunya, o bien que sigan en la Isla. «Es evidente que el envío implicará un sobrecoste y que deberá pagarse, aunque todavía no se ha estudiado», recalcó Villalonga. Sobre la posibilidad de que vayan a parar a la incineradora de Son Reus, en Mallorca, el conseller afirmó que no se ha mantenido ningún contacto con la isla vecina.

Mientras, el Consorci de Residus ya se ha puesto en contacto con una empresa para encontrar una solución a las deficiencias de impermebealización de la celda E de Milà 2 para evitar así el riesgo de filtraciones contaminantes.