Un técnico de la Conselleria, este viernes, en la planta de Milà. | Gemma Andreu

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Apenas queda espacio en la nave que desde el 23 de diciembre se viene utilizando en Milà para guardar la basura generada por los menorquines. A decir del concesionario, ni siquiera prensándola y colocándola a modo de balas de paja, puede caber la que se produzca a lo largo de los próximos siete a diez días.

No obstante, el conseller insular de Medio Ambiente, Fernando Villalonga, anunció ayer que se solicitará permiso a la administración autonómica para verter provisionalmente los residuos en otras zonas del vertedero. «Propondremos diversas ubicaciones alternativas, contando siempre con su refrendo», para así posponer en la medida de lo posible un eventual traslado a Mallorca, que solo se acometerá «en el peor de los casos».

«No lo descarto. Si se tiene que hacer, se hará, pero en modo alguno vamos a plantearlo a lo largo de los próximos 15 días», remarcó Villalonga, quien recordó que el nuevo reglamento del servicio -vigente desde principios de año- le faculta para almacenar la basura, en debidas condiciones, por espacio de doce meses.

La solución definitiva, apunta, sigue estando en manos de la empresa vasca de ingeniería Lurgintza, que se ha comprometido a avanzarle las características del proyecto antes del próximo jueves 15 de enero. Por tanto, dentro de una semana, el conseller Villalonga espera conocer ya qué medidas se van a tomar para solventar el problema de filtraciones que ha obligado a cerrar dos de las celdas (C y E) de Milà y, sobre todo, cuánto costarán y qué plazo de tiempo precisarán para ejecutarse. En cualquier caso, la propuesta deberá recibir también el visto bueno de la Conselleria de Medio Ambiente del Govern balear.

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«Hasta entonces no podemos hacer otra cosa que seguir almacenando», apunta el conseller. «Por lo visto, estos días está llegando menos basura y eso es importante para poder dilatar un futuro traslado. Y tampoco está lloviendo. Nada que ver con lo ocurrido semanas atrás, cuando las continuas tormentas agravaron las deficiencias en la impermeabilización del terreno».

Entonces, a raíz de la visita realizada el 17 de diciembre por técnicos de la Dirección General de Medio Natural, la Comisión balear de Medio Ambiente ordenó la inmediata clausura de la celda que se empleaba como vertedero para los residuos no peligrosos y la adopción de medidas correctoras. Los técnicos volvieron ayer, tres semanas después, a Milà para comprobar in situ el trabajo de choque que se realiza.

Medio Ambiente avalan las tareas de almacenamiento

Los técnicos de la Dirección General de Medio Natural que ayer visitaron la planta de Milà avalaron que se está almacenando la basura de manera provisional fuera de las celdas afectadas y en las condiciones requeridas, esto es, «sin la presencia de lixiviados o líquidos que agraven el problema de impermeabilización y provoquen malos olores».

Así, al menos, lo anunció ayer el conseller Villalonga, quien considera la visita un trámite resultante del acuerdo de clausura tomado el 22 de diciembre por la Comisión balear de Medio Ambiente. Precisamente, este martes 13 se ratificará en Palma aquel acuerdo.