Restos acumulados ayer en las instalaciones gestionadas por Càritas.

| Javier Coll

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Hace ya 18 días que el Consorcio de Residuos envió a la Conselleria de Medio Ambiente la solución de choque proyectada por la empresa Lurgintza para reforzar el sistema de impermeabilización de la celda E y poder reanudar así cuanto antes el vertido en Milà, pero el Govern sigue sin autorizar desde entonces la obra que se quería ejecutar entre anteayer 9 de febrero y el 17 de marzo para evitar el traslado puntual de la basura a Mallorca.

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Este retraso, motivado en parte por el acopio de documentación que se ha tenido que remitir con urgencia a la Sala de Medio Ambiente de la Fiscalía General del Estado, está empezando a provocar problemas a las instalaciones que, por la prohibición del vertido, no pueden llevar residuo alguno a Milà.

Es el caso de las distintas plantas de tratamiento de restos de obra y construcción, que se ven obligadas a apilar montones de escombros. y de la propia planta de tratamiento integral  de voluminosos (TIV) de Càritas, que pronto deberá ya almacenar restos en el exterior al haberse quedado casi sin espacio disponible en el interior de la nave ubicada junto al desvío hacia el Aeropuerto. Y la situación, avisan, puede agravarse todavía más en próximas semanas. De hecho, a la espera del visto bueno del Govern, el Consorcio aún no ha podido licitar las obras y el tiempo se le echa encima, con el mes de abril y el inicio de la temporada a la vuelta de la esquina.

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