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La Comisión Europea ha decidido archivar las diligencias que había abierto en enero a raíz de las filtraciones de lixiviados en el vertedero de Milà al comunicarle el Ministerio de Hacienda que la zona objeto de la ampliación de la planta «no es la causante de la contaminación». Por tanto, no será preciso abrir ningún proceso de corrección financiera para reclamar al Consorcio de Residuos de Menorca la devolución de los cerca de dos millones de euros que, a través de los Fondos de Cohesión, se aportaron para financiar el 80 por ciento de la obra en Milà.

La Dirección General de Fondos Comunitarios del Ministerio se ampara en el informe de los ingenieros que realizaron las catas en tres vasos de captación del vertedero para concluir que el tercero, el más próximo y directamente afectado por las obras de ampliación, «no es el origen del problema. Todas las irregularidades corresponden, en todo caso, a las fases anteriores; esto eso, las zonas de Milà I y Milà II que, antes del cierre cautelar del vertido, ya no venían utilizándose.

El Ministerio, a quien corresponde velar por la correcta gestión de los fondos comunitarios, no ha solicitado ninguna información adicional y, en consecuencia, la oficina de la Comisión Europea también ha dado carpetazo al asunto; al menos, hasta que no se aporte nueva documentación que pueda contravenir el informe actual. La Comisión Europea no llegó a abrir un expediente formal sobre el caso, por lo que no se ha producido un archivo como tal, «aunque sí se deja provisionalmente de investigar lo ocurrido y se da el dinero por bien empleado».

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