Salomé Cabrera, Santiago Tadeo y Juanjo Pons ayer, antes de iniciarse la reunión en Es Mercadal. | Gemma Andreu

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Ya no hay vuelta atrás. Santiago Tadeo confirmó en la noche de este jueves en Es Mercadal a los integrantes de la Junta insular del PP lo que llevaba ya varios días anunciando a los medios.

Se irá tras el verano, pero con el partido tan «unido» como creyó ver ayer y habiendo hecho posible una «renovación ordenada».

La misma que, entiende, protagonizó en primera persona cuando, en pleno verano de 2008, tomó el relevo de Juan Manuel Lafuente tras superar en la pugna interna a los otros candidatos en liza, Manuel Yebra y Antoni Camps.

Con él al frente, el PP se ha recompuesto de crisis pretéritas y ha vivido sus mayores momentos de sosiego en la Isla, pero «la misma marea que en 2011 nos aupó hasta los ocho consellers y a mayorías impensables en los municipios ahora nos ha hundido», hasta cosechar unos resultados en las urnas tan «duros» como «adversos».

«Las elecciones se ganan o pierden muchas veces por situaciones coyunturales», afirmó, aunque no supo precisar en qué grado influyó su gestión en la debacle del domingo, o cómo le afectaron las controvertidas gestiones del partido en el gobierno a nivel estatal o autonómico.

«Ni hace cuatro años éramos tan buenos ni, ahora, tan malos. El partido tiene músculo pese a todo y lo único que pido es compromiso de todos para tirar esto adelante». Sin que él ocupe ya papel relevante alguno, ni deba elegir a dedo a su sustituto, ni se baje apresuradamente del barco que ha zozobrado en las elecciones.