Vargas espera obtener inversión en Menorca Millenials para un proyecto que concibió en la Isla | A.R.

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Sergi Vargas recuerda con nostalgia cuando era un adolescente y quedaba con sus amigos o con algún vecino para jugar a la videoconsola. «Era una vivencia compartida, que nos unía», explica este desarrollador de videojuegos de Madrid. «Ahora, en cambio, la mayoría de los videojuegos son telemáticos o se juegan desde el móvil, no es lo mismo», se lamenta, desviando la mirada hacia sus abarcas recién estrenadas. Vargas forma parte del selecto grupo de emprendedores que participa en la primera edición de Menorca Millennials, un programa que reúne des del pasado 4 de junio a 20 start-ups tecnológicas internacionales en S'Algar para que puedan trabajar en sus proyectos y contactar con inversores.

La start-up de Vargas se llama Hermosura y tiene un objetivo muy claro: desarrollar videojuegos para videoconsola u ordenador que permitan generar experiencias compartidas entre personas, sean amigos o miembros de una misma familia. «Me gusta imaginar que pronto estaré jugando a un videojuego con mi hija», explica Vargas, que tiene más de 15 años de experiencia en el sector. Su entrada en el mundo de los videojuegos empezó un poco por casualidad, cuando un amigo le llamó por teléfono para ofrecerle un puesto de 'testeador' de videojuegos en Electronic Arts, entonces una de las principales compañías de videojuegos del mundo, en Canadá.

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«Me encargaba de asegurar que las versiones internacionales de cada videojuego nuevo estuvieran bien adaptadas a la cultura de cada país», explica Vargas, que ya se había interesado por los temas de imagen y gráficos en la universidad. Poco a poco, Vargas fue escalando posiciones dentro de la empresa, hasta que en 2008 fue contratado por Black Rock (Disney), un estudio de juegos para videoconsola ubicado en Brighton (Reino Unido). «Ganamos bastantes premios, fue una etapa muy buena», dice Vargas. Sin embargo, la empresa cerró al cabo de cuatro años, debido en parte a la irrupción del móvil en el mercado de los videojuegos, y Vargas decidió regresar a Madrid. «Me apetecía trabajar por mi cuenta o en una empresa más pequeña», comenta. Tras su paso por dos pequeños estudios de videojuegos en la capital, Vargas decidió finalmente lanzarse a la piscina y crear su propio estudio. «Mi objetivo es unir generaciones a partir de la experiencia del videojuego», explica el fundador de Hermosura. La idea se le ocurrió precisamente en Menorca, el verano pasado, pasando las vacaciones junto a su hija pequeña. «Quiero hacer videojuegos que fomenten relaciones emocionales con los personajes y entre los jugadores, que cuenten historias y tengan un componente de juego y aventura. Igual que cuando ves una película que te impacta», detalla Vargas. «Si no, ¿con qué clase de videojuegos jugarán nuestros hijos?», añade, con semblante serio.

Desde que fundó el estudio, en noviembre pasado, Vargas ha levantado cerca de 200.000 euros de inversión de los llamados 3F-Family, friends and fools-familiares, amigos y locos. En Menorca Millennials espera conocer algún business angel que crea en su proyecto y esté dispuesto a invertir más. Es consciente de que será un reto, «porque en este sector si te sales de los juegos para móvil o para Facebook es complicado levantar capital», comenta Vargas. Sin embargo, defiende su decisión de limitarse exclusivamente a las videoconsolas y PC. «El sector móvil está saturado: el año pasado se descargaron más de 120.000 nuevos juegos en iTunes, tengo demasiada competencia», comenta. Por otro lado, «no busco un inversor cualquiera: debe ser una persona que comparta mi visión de los videojuegos, me aporte conocimiento y entienda la industria del entretenimiento», concluye.