Ona en acción. Una preciosa ejemplar de pastor alemán recuperada de su enfermedad ósea. | T.C.

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El pronóstico para Ona, una perra de raza pastor alemán, con tan solo diez meses de edad, no podía ser más descorazonador. Y su destino, debido a una displasia grave de cadera, podría haber sido la eutanasia si no fuera porque sus propietarios, y la técnica veterinaria, se aliaron para darle muchos años de vida en lugar de 'ponerla a dormir' para siempre. Ésta última hubiera sido una opción muy probable, ya que la intervención de esta joven perra -a la que sus dueños quieren dar todo el protagonismo de esta historia-, no es barata ni sencilla.

Afortunadamente la operación pudo realizarse en Menorca, en la cínica Cardona y Von Hofe de Maó, y hoy Ona lleva ya siete años y medio con una nueva cadera; salta, corre y hace una vida normal gracias a unas modernas prótesis de titanio no cementadas, un material poroso que se osteointegra, es decir, acaba formando parte del propio hueso que, en el caso de ella aún no había terminado su crecimiento.

Pero el proceso no fue fácil para la perra ni sus dueños. Pere había adquirido a Ona en un criadero de esta raza. Por su pedigrí y su documentación, estaba libre de displasia, pero igualmente desarrollo dicha enfermedad ósea. A los dos meses y medio su veterinario detectó inestabilidad en sus extremidades posteriores al andar o intentar correr.

El estudio radiológico confirmó los peores temores y se detectó una incipiente displasia grave que fue empeorando y que en semanas hizo que cada vez le costara más levantarse y desplazarse.

En 2008, con 10 meses de edad, Ona fue operada de la articulación coxofemoral y también del codo derecho, donde también presentaba displasia; unos meses después se le colocó la segunda prótesis de cadera.

Seguro que a Ona le trae sin cuidado, pero es la primera perra de Balears operada con este procedimiento y probablemente con la exclusiva de pasearse por ahí con dos prótesis de cadera.