Embargo en marcha. La denuncia cursada por la plantilla ante la Seguridad Social también está dando sus frutos. La semana pasada estos dos camiones se llevaron toda la piel del almacén que aún se acumulaba dentro de la fábrica.

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Más de la mitad de los antiguos trabajadores fijos discontinuos de la fábrica de calzado Flavio Cavaller, alrededor de 25, ya han agotado el paro y esperan con urgencia a que el Juzgado Social de Ciutadella les reconozca el despido para poder cobrar el subsidio pertinente mientras siguen sin empleo.

Pero la sentencia se hace esperar. El domingo se cumplieron cuatro meses exactos desde que, el 26 de marzo, se celebró el juicio sin que el magistrado Sergio Martínez haya emitido todavía fallo alguno.

«La situación empieza a ser delicada», resume Joan Benejam, uno de los delegados sindicales de la extinta y emblemática fábrica de calzado de Ciutadella. «Si el Juzgado reconoce el despido, todas las familias afectadas podrán solicitar ayuda y algunos, como yo, tirar adelante con la jubilación». Pero ni la mediación del sindicato CCOO ha servido para que el juez haya dictado sentencia. Y lo peor es que, si el caso no se resuelve esta misma semana, la plantilla ya deberá esperar a septiembre, puesto que el mes de agosto es inhábil a efectos judiciales.

Además, cuando el juez se pronuncie todavía quedará pendiente otra causa, la interpuesta igualmente por el colectivo de trabajadores en reclamación del pago de las cantidades (vacaciones, atrasos, indemnización y horas extras) que los responsables de la empresa aún les adeudan. El nuevo juicio oral ha sido convocado para el próximo 24 de septiembre.
Mientras, la solicitud de embargo por parte de la Seguridad Social  ya está empezando a dar sus frutos. La semana pasada dos camiones se encargaron de retirar de la fábrica toda la piel que aún se acumulaba en el interior del almacén para intentar darle así una salida comercial.