Carles Rebassa

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El poeta mallorquín Carles Rebassa ha denunciado a través de su muro en Facebook que fue amenazado y expulsado de un restaurante de Ciutadella por realizar el pedido en catalán.

Los hechos, según relata Rebassa, ocurrieron el pasado jueves. A la hora de pedir los postres y dirigirse a una camarera en catalán, esta les contestó "con cierta violencia y un volumen elevado" que "estamos en España y aquí se habla español". Poco después acudió otra camarera, que se identificó como andaluza. "Nos dijo que su compañera no había reaccionado bien, pero que era culpa nuestra, que habíamos cometido un agravio, que somos unos radicales y unos mal educados, que su compañera no habla catalán, que si todo el mundo sabe castellano por qué tenemos que hablar en catalán, etc", explica.

La discusión prosiguió, "hasta que nos levantamos para ir a pagar abajo". Allí, "intentamos explicar lo que había pasado, que nosotros no pretendemos 'imponer' ningua lengua a nadie, pero no queremos que nos digan en qué lengua tenemos que hablar, precisamente porque nosotros no lo hacemos ni lo hemos hecho nunca".

Según el poeta, los empleados del establecimiento "nos comenzaron a insultar, a decirnos radicales, que si esto no es Catalunya". Luego, "salió un hombre de la cocina que, después de sacudirse la harina de la ropa encima de nosotros, a gritos y en castellano, nos empezó a decirnos que nos merecíamos una paliza". "Nos dijo", prosigue, "que pagásemos y nos fuerámos, y que no volviéramos más" y "nos expulsó".

El autor asegura que "el hecho que te insulten por hablar en tu lengua es un comportamiento impositivo, xenófobo, colonizador, supremacista y tiene una voluntad clara de querer hacer pequeña tu cultura para que cambies por otra".

La camarera
La camarera que atendió a Rebassa, Tania Hitos, es de Granada pero trabaja entre Barcelona y Menorca donde afirma le han «acogido bien» por lo que está «agradecida». Señala que le cuesta entender el menorquín pero que se comunica con todo el mundo. También en Facebook y en un comentario en esta misma noticia, asegura que «este señor faltó al respeto a todo el mundo» y que hubo clientes catalanes que pasaron «vergüenza ajena» por la trifulca e incluso la defendieron.