El grupo de Balears se ha encontrado a primera hora del día en el Arc de Triomf | Carles Domènec

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En el tramo 14 de la Meridiana, en los límites de la ciudad de Barcelona con el extrarradio, cientos de baleares celebraron ayer en plena calle la Diada de Catalunya. Sin banderas de las Islas, puesto que solo había esteladas, las comitivas del archipiélago se mezclaron entre los cientos de miles de ciudadanos que participaban de la marcha. En las calles colindantes, una hilera interminable de autocares permitía adivinar por la matrícula la procedencia de los vecinos de los menorquines en la manifestación: Font-romeu, Perpinyà, Girona, Castelló, Valencia, Puigcerdà.

«Esto es imparable», señalaba uno de los mallorquines voluntarios que ayudaban a organizar a la gente en la Meridiana. Había tanta gente que los móviles dejaron de operar bien durante la media hora previa a las 17.14, hora de inicio oficial del festejo en clave histórica, rememorando la victoria borbónica de 1714.
Un puntero gigante, que sostenían una treintena de corredores, atravesó la manifestación en dirección al centro.

La ilusión se convertiría en euforia y se transformaría en cánticos, gritos y brazos al cielo. Sin necesidad de girar la cabeza, en la misma visual, era posible ver la coincidencia en el aire de cuatro helicópteros.
La gente levantaba punteros multicolores de cartón, signos del cambio de dirección política que se reivindicó en la Diada, marcada inexorablemente por las elecciones autonómicas del 27 de septiembre. El discurso del final de fiesta en el escenario central, de Jordi Sánchez, presidente de Assemblea Nacional Catalana (ANC), insistió en «el carácter histórico del momento vivido».

«Se trata de la reafirmación del voto nacionalista frente al inmovilismo del estado», afirmaba horas antes el presidente de la Obra Cultural Balear, Jaume Mateu, en el Arc de Triomf, lugar de reunión de las comitivas mallorquina y menorquina, esta última encabezada por Miquel Àngel Maria, conseller de Cultura de Menorca, quien se costeó el viaje de su propio bolsillo.

Maria advirtió que «no asisto a la Diada como conseller porque represento a todos los menorquines y éste es un tema que no suma, pero he querido estar como delegado de PSM Més per Menorca por solidaridad democrática con un pueblo que quiere decidir su futuro, igual que apoyamos al pueblo saharaui cuando reclama su autodeterminación».

El conseller declaró que «a partir del día 27 sabremos la fuerza real del independentismo y con el nuevo gobierno averiguaremos si, en un año, Catalunya será independiente o el proceso se ralentizará», y matizó que «dependerá de la capacidad del nuevo gobierno catalán y de la repercusión internacional, no tanto del Gobierno español, que siempre va a remolque de los acontecimientos»

Jaume Mateu y Miquel Àngel Maria siguieron la manifestación desde la primera línea de autoridades, donde la ANC también había invitado a Cristòfol Soler, ex presidente balear y Tomeu Martí, presidente del Grup Blanquerna, convocados a primera hora de la mañana a la ofrenda floral en el monumento dedicado a Rafael Casanovas.

Un grupo de ciudadanos de Mallorca y Menorca que participaron ayer en la histórica Via Lliure organizada por la Assemblea Nacional Catalana.