Joan Marqués presentó ayer a Grau y Mascaró a los directores de los centros de la Isla. | Javier Coll

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Los nuevos inspectores educativos de la Isla, Jaume Mascaró y Maria Josep Grau, se presentaron este jueves ante los directores de los centros docentes de la Isla. Su propósito, afirman, es convertirse en un mediador, en un puente entre los colegios y la Administración, sin dejar de lado sus funciones más de control, de velar por el cumplimiento de la normativa, y de resolución de conflictos.

El delegado territorial de Educación, Joan Marqués, aseguró que «reafirmaremos una inspección colaborativa, asesora, para conseguir un mayor éxito escolar». Destacó el Marqués el hecho de que los inspectores vayan a estar al lado de los directores, «merecen toda nuestra consideración».

Los inspectores tienen que velar por el buen funcionamiento de 88 centros educativos de Menorca, en los que se incluyen escoletes, colegios, institutos, Conservatorio, escuelas de idiomas, de adultos e incluso escuelas municipales, en distinto grado en función de su cometido. Tanto públicos como concertados.

Jaume Mascaró habló de «redefinir» la función del inspector, para «ser los interlocutores con la Administración, siguiendo la línea de profesionales como Llorenç Petrus o Elvira Badia». También se han propuesto estar más cerca de padres y alumnos, sumando a sus guardias habituales en Maó una a la semana en Ciutadella, en el anexo del IES Josep Maria Quadrado.

Mascaró explicó que entre sus objetivos está velar por una cómoda aplicación de normativas como la Lomce, con los cambios que en su desarrollo que acaba de anunciar el Govern para el próximo curso. «Los centros pasan a tener más autonomía, sobre todo en Primaria». Para este inspector, que ya lo fue durante tres años en Menorca en una etapa anterior, «en los colegios se tiene que trabajar, hay que sacar de allí determinados debates». E insistió en su vocación colaboradora, de asesoría, que comparte con su compañera, con lo que se atiende una demanda de los directores.

En Menorca llegó a haber al mismo tiempo tres inspectores. Distintas circunstancias, como decisiones del Govern o bajas por enfermedad, dejaron el puesto vacío durante buena parte del curso pasado, solo con supervisión y presencia esporádica desde Palma.