El PP afirma que envió varias advertencias e incluso llegó a sancionar. | Javier Coll

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El PP de Maó, a través de sus concejales Águeda Reynés y Salvador Botella, ha negado de forma rotunda que en el Mercat des Peix se hiciera la 'vista gorda' durante el pasado mandato y que sea necesario poner orden en la aplicación de las condiciones de los contratos, como recientemente han manifestado desde el equipo de gobierno en relación a la futura gestión de este espacio.

Reynés y Botella discrepan de la interpretación que hace el actual equipo de gobierno de los pliegos, y aseguran que en una de las paradas del Mercat des Peix sí se puede cocinar alimentos, no así en el resto. Explican los anteriores responsables del Ayuntamiento de Maó que incluso el Consistorio pagó la instalación de la campana extractora de este puesto para que la elaboración de comidas fuera posible. Los actuales responsables del área económica aseguran que el Mercat des Peix no es posible cocinar, solo vender al detalle. Admite el PP que la potencia eléctrica es insuficiente, algo que tenía previsto solucionar.

En cuanto a las acusaciones de laxitud en la aplicación de las normas, Reynés y Botella niegan la mayor. Aseguran que en no pocos casos actuaron para requerir que el mobiliario se adaptara a lo establecido, o que se vendiera lo que estaba acordado, que se enviaron unas cuantas advertencias y que incluso se interpuso una sanción por no respetar los horarios fijados, «algo en lo que sí se podrían fijar, porque es importante que esté todo siempre abierto».

En cuanto al dinamizador, una figura que ha sido suprimida, entienden que «un actividad así es difícil que funcione sin esta persona, sin alguien que aplique unos criterios,».