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Rodrigo del Pozo, el ingeniero autor del proyecto original de la reforma del tramo Maó-Alaior respeta la rescisión del contrato de obras, no quiere opinar de la resolución, aunque entiende que hablar de «imprevisiones y carencias es una fórmula para llegar a una solución que, si además es por acuerdo de las partes, mucho mejor», señala.

Puntualiza que el proyecto al que se alude ya no es el suyo, el original, una propuesta de trazado que fue informada favorablemente por la Comisión Balear de Medio Ambiente y que sirvió para redactar el proyecto constructivo que salió a licitación. En esa fase es cuando se plantean mejoras y modificaciones de hasta el diez por ciento del presupuesto por parte de las nueve empresas que se presentan al concurso. La empresa adjudicataria redacta el proyecto final incorporando ya sus mejoras, es lo que se conoce como proyecto refundido o ejecutivo y es el que se estaba ejecutando.

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Rotondas

«Ni siquiera intervine en la redacción del pliego de bases de licitación, recuerdo que se valoraba positivamente reducir la ocupación en los nudos», explica, «no me parece mal, mi idea se inspiraba en la solución del puente en Alaior sobre la carretera de Son Bou con paso inferior con una rotonda de 15 metros de radio y la redujeron a 12, que es más o menos como la del enlace de Son Vitamina y cambiaban también el material, hormigón armado por hormigón prensado».

Entre las mejoras introducidas figura el camino lateral, terreno idóneo para la canalización soterrada de servicios, una infraestructura en la que debe contarse con las compañías suministradoras, «la canalización de fibra óptica sí estaba prevista porque había un convenio firmado con el Consell, pero telefonía, no», recuerda.

Tales servicios sí figuran en el tramo Ciutadella-Ferreries, del que también es autor, «son proyectos vivos que tienen en cuenta la experiencia e incorporan nuevas demandas».