El vapor «Monte Toro», en plena maniobra de descarga de un automóvil | Familia Cardona Goñalons

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La naviera Trasmediterránea empieza a decorar sus buques con el logotipo conmemorativo del centenario de la compañía, una sociedad creada a partir de la fusión de diversas navieras peninsulares y que acabaría absorbiendo también las propias de Balears y, entre estas, la menorquina La Marítima.

Era el 25 de noviembre de 1916 cuando en Barcelona se constituía Trasmediterránea, de la mano de Juan José Dómine, Vicente Ferrer, Joaquín Tintoré y Enrique García, con una flota inicial de 45 barcos.

Fue así como la nueva naviera inauguró sus comunicaciones marítimas el 1 de enero de 1917, año en que Trasmediterránea absorbería, con no poco disgusto de los menorquines, la naviera de Maó La Marítima, que aportó a la nueva sociedad una flota de cinco buques, el «Ciudadela», el «Isla de Menorca», el «Mahón», el «Menorquín» y el «Monte Toro».

Según recoge el investigador y miembro de la Real Liga Naval Española, Alfonso Buenaventura, con la absorción y el consiguiente traspaso de algunos trabajadores menorquines que se vieron obligados a abandonar la Isla, en el rotativo republicano «La Voz de Menorca» se podían leer numerosas críticas. «(...) siempre ha de resultar interesante cuanto afecte a estos vapores que fueron nuestros y que son, por decirlo así, pedazos arrancados de nuestra roqueta para agregarlos a otras tierras...». O, más concretamente, el día que se hacía efectiva la absorción, «R.I.P. Hoy muere la antigua compañía de vapores menorquina La Marítima absorbida por la poderosa Trasmediterránea (...) a la que hasta la fecha nada tienen que agradecer ni el pueblo en general, ni el comercio en particular. No se le debe ninguna mejora que redunde en beneficio del público».

Los barcos menorquines siguieron prestando servicio en las rutas fijadas por Trasmediterránea, hasta que fueron sustituidos por navíos más modernos.


Pasado y presente

El primer vapor propiedad de Trasmediterránea que entró en el puerto de Maó fue el «A. Lázaro», el 17 de abril de 1918, que sustituía al «Monte Toro». Y sucesivamente, fueron recalando en la dársena otros como el «Jorge Juan», el «V. Puchol», el «Canalejas» o el «Reina Victoria». Hasta los buques actuales «Snav Adriatico», «Zurbarán» o «Forza» que enlazan Maó con Barcelona, Palma y Valencia.

Sea como fuere, y a pesar del rechazo inicial de los menorquines hacia la Compañía Trasmediterránea, ésta mantiene desde entonces una estrecha relación con la Isla, manteniendo las conexiones marítimas con los principales puertos, algo relevante teniendo en cuenta el hecho insular y las siempre difíciles relaciones con el exterior. Una relación que ha contribuido al progreso y desarrollo de la economía menorquina.