Marc Pons conversa con Iago Negueruela en presencia de la presidenta Armengol, ayer.

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La contratación de afines en cargos públicos por parte del PSOE volvió ayer a tensar el debate en el Parlament. A los casos ya conocidos de Francisco Fernández Terrés (delegado del Sitibsa) o Ernest Ribalaiga (jefe de gabinete de la Conselleria de Hacienda), se han añadido esta semana los de la exconsellera Noemí Gomila como delegada del renacido Institut de l'Habitatge (Ibavi) y Marga Casas, a quien el Área de Salud de Menorca ha incorporado como coordinadora de los equipos de enfermería de atención primaria.

La diputada popular Misericordia Sugrañes arremetió ayer contra el Govern por esta nueva contratación, «que le supondrá 40.000 euros anuales más, mientras escatima en recursos». Se trata de «una plaza de nueva invención y a medida» que el gerente Antoni Gómez Arbona «ha creado empleando la táctica del sombrerito: recortes sí, pero no para los amigos».

Sugrañes lamentó «que el Govern se esté convirtiendo en una factoría de colocación de cargos de confianza que tienen en común su militancia política en los partidos que sustentan el Pacte», y censuró que «haya dinero para contratarles, pero no para servicios esenciales y vitales, como las urgencias o los aparatos de radiología».

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