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Tiene remanente, una economía municipal saneada, la deuda muy por debajo del límite fijado y paga a sus proveedores a 20 días. A pesar de esta buena salud, el Ayuntamiento de Es Mercadal lamenta estar «atado de pies y manos» e «ir a remolque de la Ley Montoro», al igual que el resto de consistorios. Liquida el ejercicio 2015 con un saldo positivo de 2,3 millones de euros, pero sin libertad para invertirlos. De esta cuantía, 857.690 euros solo pueden gastarse en inversiones denominadas financieramente sostenibles, 171.546 van a eliminar deuda y, el resto, 1,3 millones, es superávit a disponer, pero «con muchos condicionantes», asegura el alcalde, Francesc Ametller.

A pesar de cumplir los parámetros de estabilidad presupuestaria, deuda, pago a proveedores y presupuesto, ha incumplido la regla de gasto en la liquidación del ejercicio 2015. El Ayuntamiento ha tenido que elaborar un plan económico-financiero para bloquear siete partidas del presupuesto, valoradas en unos 200.000 euros. Estas inversiones se ejecutarán igualmente pero con cargo a los 857.690 euros de remanente. Más serio sería el tema, asegura, si no hubiera superávit. Y critica que la Ley Montoro pretenda «tapar la deuda de los gobiernos central y autonómicos desde el superávit de los ayuntamientos».