La planta de residuos de Milà entra en su última fase de reparación para estar 100% operativa | David Arquimbau

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La Comisión Balear de Medio Ambiente ha autorizado al Consorcio de Residuos Urbanos y Energía de Menorca a adelantar los trabajos de reparación de la balsa de lixiviados (líquido contaminante que rezuma de los residuos) de la celda III del vertedero de Milà II, que estaba previsto que se iniciasen a principios de julio y que se extendieran hasta la primera semana de agosto.


El motivo de la petición, resuelta favorablemente el pasado 9 de junio y publicada el jueves en el BOIB, es una falta de coherencia entre la memoria del proyecto y su cronología, que marca una duración de las obras de diez semanas y no de cuatro a cinco semanas como figuraba en la memoria en la que se basa la nueva planificación de obras autorizada por la comisión balear.


El cambio de plazos no es baladí puesto que durante los trabajos de reparación de los problemas detectados de impermeabilización, la balsa de lixiviados quedará inutilizada, lo que supone un riesgo ante eventuales episodios de fuertes lluvias puntuales, que son típicos en la última fase del verano. Desde el Consorcio de Residuos de Menorca se solicitó adelantar las obras a junio para ganar tiempo y evitar esas épocas del año, visto que esas diez semanas de plazo hacían que los trabajos se adentrasen en el mes de septiembre. Finalmente Medio Ambiente ha autorizado ese adelanto de los trabajos, que empezarán inmediatamente, pero muestra la sorpresa de los técnicos ante un cambio de planificación de las obras que, advierten, «difiere del proyecto y no ha sido


Mejor antes

Los técnicos de Medio Ambiente aceptan que es más adecuado iniciar los trabajos en junio; pero dejan claro que «si en el proyecto se hubiera indicado que las obras tendrían una duración de diez semanas en lugar de las cuatro o cinco indicadas, incluso habría sido recomendable que se hubieran iniciado a principios de junio para evitar cualquier posibilidad de que se prolongasen hasta la segunda quincena de agosto, cuando también se producen episodios puntuales de lluvia intensa».

Vistos los antecedentes y la petición del consorcio que gestiona los residuos menorquines, desde Medio Ambiente resuelven que «las obras de sustitución de la balsa deberán comenzar en junio, quedando finalizadas en el menor tiempo posible para evitar el riesgo que puede implicar un episodio intenso de lluvias».

En el periodo que duren los trabajos, se deberá habilitar un intercambiador hasta la balsa de pluviales, en previsión de que estas lluvias intensas produzcan una sobregeneración de los llamados lixiviados.