Imagen de las fiestas de Sant Joan de este año

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El Parlament balear, en el pleno extraordinario de este miércoles aprobará previsiblemente la Ley de Igualdad entre hombres y mujeres. Igual que ya pasó con la Ley del Maltrato Animal, en la Ley de Igualdad también se ha colado las fiestas de Sant Joan, concretamente la participación de las mujeres en la qualcada.

El debate relució este martes de la mano de la diputada de Més per Mallorca, Margalida Capellà que afirmó que «no se pueden permitir fiestas populares» que «no garanticen la participación en igualdad de la mujer», para acto seguido referirse concretamente a las fiestas de Ciutadella, donde (a diferencia del resto de fiestas patronales de Menorca) no está permitida la participación de la mujeres en la qualcada.

Las declaraciones de Capellà no cayeron muy bien a su partido hermano, Més per Menorca, al no entender por qué se refirió a Sant Joan y eludió otras fiestas mallorquinas, como la de los Moros i Cristians de Pollença (con la figura de Joan Mas) o la fiesta de los Cossiers.

La polémica surge del artículo 31.4 de la ley (cuyo redactado fue aprobado por unanimidad de todos los partidos) que establece que «las administraciones públicas tienen que promover y garantizar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en la participación en las fiestas tradicionales y en la cultura popular, y corregir estereotipos sexistas».

El portavoz de Més per Menorca. Manel Martí entiende que insinuar que las fiestas de Sant Joan discriminan a la mujer «es un error» y califica las afirmaciones en este sentido de «desafortunadas». Entiende que como en cualquier fiesta «conviven roles diferentes», que en el caso de Sant Joan, sus orígenes son religiosos y medievales.

Insiste en que «el guión de la fiesta es así, porque así lo han querido mantener los herederos de este valioso patrimonio inmaterial», los habitantes de Ciutadella, y que corresponde a Ciutadella «marcar el guión de la fiesta». En este sentido, añade que si «surgiera alguna consideración discriminatoria», como que alguna mujer solicitara participar y no se le dejara por ser mujer, «claro» que «el guión» de la fiesta se podría cambiar.

Pero «con seny y sentido patrimonial», abriendo un debate (que para Martí hoy por hoy es «irreal) y enmarcarlo con las normas fijadas (entre ellas la Ley de Igualdad) e insiste en «el principio de responsabilidad con el legado patrimonial y que lo hagan sus propietarios inmateriales» los vecinos de Ciutadella «a través de sus órganos legitimados».