La empresa de limpieza es la encargada de recoger los restos de la fiesta de la noche anterior | Gemma Andreu

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La zona de ocio del puerto de Ciutadella se ha convertido en el punto de encuentro de centenares de jóvenes que a diario hacen botellón antes de entrar en las discotecas. Aparcan sus coches a lo largo del Pla de Sant Joan, abren el maletero cargado de alcohol y ponen música a todo volumen.

Un hecho que, además de ser ilegal, causa molestias a los vecinos hasta el punto de verse obligados a cerrar puertas y ventanas y ponerse tapones en los oídos para poder dormir.

No obstante, el panorama es todavía peor por la mañana siguiente. Los restos de botellas, bolsas de plástico, colillas, vasos y todo tipo de residuos se acumulan en el suelo. En ocasiones, los restos del botellón aparecen dentro de las casas particulares de la zona. A todo ello hay que añadir malos olores provocados por los orines.

Una problemática que se repite diariamente durante el verano desde hace muchos años, según constata uno de los afectados. «No entiendo como los locales están obligados a cumplir una normativa estricta de decibelios, la prohibición de sacar bebidas y vasos de cristal fuera del local y la obligación de tener seguridad, pero a los que hacen botellón se les permite», critica, a la vez que lamenta la degradación de «una de las zonas más bonitas de Ciutadella». Denuncia también la falta de limpieza de la zona, sobre todo los fines de semana, cuando más residuos se generan y acumulan.

Desde el Ayuntamiento replican que en el servicio de limpieza del casco urbano trabajan cuatro equipos de limpiadores manuales con carrito, que realizan las rutas establecidas y que dan cobertura también a la zona de el Pla (a excepción de la zona final que corresponde al servicio de residuos urbanos). El Consistorio ha detectado en el puerto uno de los «puntos negros» en lo que se refiere a la práctica del botellón, aunque tiene constancia de otras ubicaciones como detrás del Canal Salat y algunas zonas de Sa Farola.


Policía

En cuanto a la intervención policial, los afectados aseguran que se hace caso omiso a sus denuncias y que los agentes se personan en el lugar a horas en las que ya no se hace botellón y, por tanto, no se sanciona a los infractores.

No obstante, la Policía sostiene que se hace el control y vigilancia pertinente y se interponen denuncias cuando se detectan. La última de ellas, por ejemplo, este pasado fin de semana.