Manolis Vournous, durante su visita a una de las aulas del centro educativo de Ciutadella | Josep Bagur Gomila

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«Procuramos que sean solidarios y reciban una educación basada en la solidaridad», afirma la directora del colegio de Ciutadella Margalida Florit, Roser Mascaró, sobre la formación que reciben los alumnos del centro. La actualidad, lo que se refleja en los medios de comunicación, es casi una asignatura más entre las que se imparten en ese colegio, y así fue como los estudiantes conocieron el drama que se está viviendo con motivo del exilio provocado por el conflicto en Siria.

Fue por ese motivo que desde el centro, que forma parte de ese conjunto de escuelas denominadas como cooperantes, se decidió ponerse manos a la obra e iniciar un proyecto solidario que bautizaron como «Menorca amb Chios». Una idea que se materializó el pasado 10 de junio con la celebración en las instalaciones del colegio de una maratón para recaudar fondos. Padres, alumnos, profesores y amigos se sumaron a una carrera atlética en la que por cada vuelta al colegio hicieron una aportación económica. Al final, entre todos sumaron 2.600 euros que se entregaron al Fons Menorquí de Cooperació, entidad que hizo llegar el dinero a Chios para que se ayudara a las personas refugiadas en el Mediterráneo.

El noble gesto del «Margalida Florit» tuvo este viernes su correspondiente agradecimiento por parte del alcalde de la isla griega, Manolis Vournus, que se encuentra en la Isla para participar en los actos programados por la campaña «#Menorca es mou per les persones refugiades i imigrants» y visitó el colegio.


Nuevo proyecto

Mientras tanto, el centro, en su condición de escuela cooperante y hermanada con un colegio de Nicaragua, ya trabaja en un nuevo proyecto solidario, en esta ocasión centrado en el cambio climático y sus consecuencias.