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Más del 25 por ciento del agua que entra en la red de suministro se pierde por el camino antes de llegar al consumidor final. Fugas, averías y malas conexiones son los principales motivos para que cada año Menorca pierda cerca de tres millones de metros cúbicos de agua. Para hacernos una idea, equivaldría a poco más de 1.178 piscinas olímpicas. Dicho de otra manera: la red pierde más agua que la que se consume en Ciutadella en todo un año.

Unas cifras muy relevantes teniendo en cuenta la sequía y las dificultades hídricas que tiene la Isla. Así se desprende de los datos publicados recientemente por la Dirección General de Recursos Hídricos del Govern, correspondientes al año pasado. Una información que no se actualizaba desde 2012.

Ciutadella es el municipio que acumula más pérdidas, con diferencia. Por su red de suministro se fugan cada año 1.122.556 metros cúbicos de agua, una tercera parte del total. Si bien es cierto que es el municipio con más demanda y consumo de recursos hídricos. Las pérdidas representan un 28 por ciento del total, una cifra que no ha mejorado desde el año 2000. Las fugas de la otra gran ciudad de la Isla, Maó, representan la mitad de las de Ciutadella: 556.334 metros cúbicos anuales. Esto supone el 25 por ciento del suministro, una cifra que se mantiene desde hace 15 años.

Es Migjorn Gran, en cambio, es el municipio que ha experimentado una mejora más relevante a los largo de los últimos años y actualmente es el que tiene menos extravíos. Pierde un 21 por ciento del agua de la red, 45.048 metros cúbicos, pero hay que tener en cuenta que hace tres lustros las fugas representaban el 37 por ciento del total.

Según la Conselleria de Medio Ambiente, se da por bueno un sistema con un rendimiento del 80 por ciento, es decir, que las fugas representen el 20 por ciento del total, puesto que mejorar estas cifras es prácticamente imposible. En Menorca tan solo Sant Lluís cumple este requisito. Sus pérdidas son del 17 por ciento y equivalen a 236.997 metros cúbicos. Se acercan a él, Alaior y Es Castell.

La cara negativa la ofrece Es Mercadal. Pierde casi la misma agua que Maó y más de la mitad de lo que se acaba consumiendo anualmente. Del agua que entra en su red de suministro, el 35 por ciento no llega al consumidor final. Ferreries alcanza el 30 por ciento.