Imagen de un OVNI

TW
12

«A ver si es un OVNI o dos, como mínimo». Así de contundente se mostraba el comandante del vuelo de Aviaco AO203 que el 24 de octubre de 1978 avistó dos movimientos extraños cuando estaba realizando la maniobra final para aterrizar en el Aeropuerto de Menorca.

La transcripción de la conversación mantenida entre el comandante del avión y las torres de control de Menorca y Palma se puede ahora consultar gracias a que el Ministerio de Defensa acaba de poner al alcance de cualquiera el informe completo de este avistamiento. Lo ha digitalizado y está disponible en la Biblioteca Virtual de Defensa.

Era 24 de octubre de 1978, en torno a las 20.30 horas cuando el vuelo AO203 de Aviaco estaba a punto de aterrizar en Menorca. De repente, el piloto avistó «dos tráficos a nivel muy bajo, a velocidad tipo nuestro avión, a unas ocho millas al norte y a una altura inferior a 500 pies y con pequeños focos blancos, igual a los que llevan los cazas a reacción en el fuselaje para iluminar el borde de ataque de los planos».

Sin más rodeos, el piloto preguntó a la torre de control de Menorca si había tráfico previsto en las proximidades del aeródromo menorquín, algo que tanto Menorca como Palma y Barcelona negaron. Fue justo en ese momento cuando el comandante aseveró que «o son dos aviones o son dos OVNI».

La historia no acaba aquí. Y es que, una vez el avión tomó tierra, el controlador de Menorca apagó las luces de la torre y salió al exterior con unos prismáticos. Pudo ver al norte de la Isla un objeto luminoso a entre dos y tres mil pies que se movía de este a oeste. La observación duró 30 segundos.

Tras analizar el caso, el instructor lo dio, en mayo de 1995, por desclasificado al considerar que «las dos luces divisadas se trataban de dos aviones, al parecer, dos cazas reactores en formación y a alta velocidad». El instructor da por buena la hipótesis a la que llega el comandante del avión, pero cabe resaltar que no se incluyen datos que permitan comprobar que en verdad había dos cazas sobrevolando la Isla.

A este expediente cabe sumar otros, también desclasificados. Uno se trató de un objeto extraño avistado por el buque «Tamames» en febrero de 1979 en aguas de Balears. Ocho días después el piloto de un avión se cruzó con una bola luminosa que acabó identificando como un meteorito.

La digitalización de estos informes permite viajar en el tiempo y desterrar teorías conspirativas.