Tras ser criada en cautividad, el ave empezó a volar en octubre en el Prepirineo de Lleida. Ahora está en Menorca | Grefa

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La de Zarza, una hembra de buitre negro de ocho kilos nacida este año en cautividad y que echó a volar el pasado mes de octubre, es una historia de supervivencia que ha dejado asombrados a sus criadores, el Grupo de Rehabilitación de Fauna Autóctona y Su Hábitat (Grefa). Es la historia de un ejemplar que superó graves dificultades durante su proceso de gestación y que, tras su liberación en la Reserva de Boumort (en el Prepirineo de Lleida), inició un sorprendente viaje que concluyó el pasado 9 de noviembre, cuando después de recorrer más de 200 kilómetros sobre el mar Mediterráneo, llegó sano y salvo a Menorca.

El extraordinario periplo de esta imponente ave carroñera arrancó con un vuelo hacia las inmediaciones de la ciudad de Lleida. Tras un breve regreso a la zona de reintroducción, volvió a partir directamente hacia una playa cercana al Aeropuerto de Barcelona. Allí, en el Delta del Llobregat, durmió una noche y al día siguiente, «contra todo pronóstico y posiblemente obligada por la fuerza del viento» –como afirma el grupo Grefa en su página web–, se adentró en el mar Mediterráneo. Su destino, un hábitat totalmente ajeno para su especie, Menorca.

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