Cubos y charcos son los compañeros de aula de los estudiantes del Joan Ramis i Ramis de Maó | Gemma Andreu

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Con cubos, mesas colocadas de manera que a nadie le salpique una gota y algún que otro charco en el suelo. Así están siendo las clases que estos días se imparten en las aulas modulares del instituto Joan Ramis i Ramis de Maó. El centro padece las consecuencias del mal estado de estas unidades prefabricadas que llevan en el centro más de una década, en concreto, desde 2005. No obstante, su deterioro por el paso del tiempo se va agravando con las lluvias, como es el caso de las que han caído estos días y que han ocasionado nuevas goteras en tres modulares del centro.

El instituto dispone de cuatro aulas prefabricadas (una de ellas es doble) y en tres hay problemas de filtraciones de agua. No obstante, es una de éstas la que en peor situación se halla.

Tal como señalan desde el equipo directivo, no hay opciones para desviar a los alumnos a otras dependencias del centro. Se trata de unas aulas que se utilizan de forma regular y continuada a lo largo de toda la semana, por lo que el espacio es necesario para poder desarrollar el programa educativo.

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