Encuentro celebrado el martes en el que el Ayuntamiento expuso su propuesta. | Gemma Andreu

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Los principales afectados por el cierre de los patios interiores ubicados en el casco antiguo de Ciutadella, es decir, los restauradores y los comerciantes, se muestran preocupados por la larga tramitación que todavía tiene por delante la modificación parcial del Plan Especial, que a la postre debe permitir el uso de bar y restaurante en las terrazas interiores.

Desconfían de que el próximo verano puedan volver abrir sus puertas, pese a que el Ayuntamiento les asegura, aunque con la boca pequeña, que si no hay contratiempos será una realidad. Será el tercer verano desde que se obligó a calusurarlos por incumplir la normativa vigente. Desde entonces se han dado múltiples fechas y plazos y llegaron a creer que el pasado verano se habría solucionado todo. Lo cierto es que no fue así y la nueva propuesta municipal, que ha supuesto modificaciones sustanciales en la regulación, obliga a retornar el texto al Consell para ser evaluado de nuevo.

«Es nuestra principal preocupación ahora mismo, poder abrir la próxima temporada», reconoce Jordi Bosch, secretario de la Asociación Menorquina de Cafeterías, Bares y Restaurantes, asociada a PIME. Las mismas sensaciones tienen en CAEB, cuyo gerente, Enric Cases, asegura que «ya llevamos dos años parados y si se alargan un poco los plazos no abriremos a tiempo».

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Desde Ciutadella Antiga coinciden en que «los plazos nos dan miedo, ya no podemos confiar», sostiene el gerente, Macià Coll.

No obstante, ninguna de las tres entidades ha cambiado su parecer al respecto de la regulación, que consideran excesiva, pese a que valoran mucho que la propuesta municipal garantice la apertura de los patios ya existentes. «Esto nos tranquiliza», sostiene Coll. «Estamos contentos porque cabemos todos los que estaban y se abre un poco más», explica Cases. «Que se mantengan los existentes es positivo», señala Bosch.
Por lo general ven con buenos ojos la propuesta del Ayuntamiento que permite hasta un máximo de 41 terrazas interiores, siempre y cuando cumplieran la ordenanza municipal, algo prácticamente imposible. Entienden que es una propuesta «menos drástica» que la anterior. «Es un mal menor», declaran desde CAEB, mientras que desde PIME aseguran que «es mejor que lo que había».

VECINOS
Los peor parados en todo esto son los vecinos, que siguen negándose a que se abran los patios interirores.
El responsable de Ciutadella Vella, Toni Català, lamenta que «la nueva propuesta va encaminada hacia la modificación puntual del Plan Espacial y es aquí donde nosotros estamos en contra». Català avanza que presentarán alegaciones para tratar de impedir que prospere la propuesta del consistorio y garantizar el descanso de los vecinos.